La dura crisis deportiva que atraviesa Boca Juniors dejó al club sumido en una tormenta sin precedentes. Con once partidos consecutivos sin triunfos —la peor racha en su historia—, la derrota ante Huracán fue la gota que rebalsó el vaso. En este escenario, el presidente Juan Román Riquelme evalúa una reestructuración profunda que alcanzaría tanto al Consejo de Fútbol como al plantel profesional.

Desde su desembarco en la dirigencia, Riquelme puso bajo su órbita directa el manejo del fútbol profesional y amateur, apoyándose en un Consejo compuesto por exjugadores cercanos: Mauricio Serna, Raúl Cascini, Marcelo Delgado y Jorge Bermúdez. Pero ahora, por primera vez, su círculo más íntimo podría sufrir modificaciones de fondo.

Según el periodista Diego Monroig (ESPN), "la decisión está tomada". El plan incluiría la salida de varios miembros del Consejo e incluso no se descarta su disolución completa, lo que abriría la puerta al nombramiento de un manager, algo que hasta ahora Riquelme había evitado.

Replanteo en el Consejo

El colombiano Jorge "Patrón" Bermúdez, que cumple funciones a distancia desde comienzos de 2023, fue visto por última vez en la final de la Copa Libertadores, el 4 de noviembre del año pasado. Desde entonces, se alejó de la actividad diaria. Por su parte, Serna fue el encargado de comunicar las últimas decisiones relevantes, como la salida de Fernando Gago o el reciente malestar tras la eliminación ante Atlético Tucumán por Copa Argentina.

Raúl Cascini y Marcelo Delgado continúan como rostros visibles en el día a día del predio de Ezeiza, aunque sus lugares también estarían bajo evaluación.

Russo, bajo presión y con decisiones por delante

La crisis no sólo afecta a la estructura dirigencial. El plantel y el cuerpo técnico también están en el centro del conflicto. El entrenador Miguel Ángel Russo, que lleva apenas siete partidos, quedó en el ojo de la tormenta tras la confusa situación del cambio de Miguel Merentiel, que él mismo justificó como "un problema de papeles".

En este contexto, se espera que Russo imponga nuevas reglas de convivencia en el vestuario a partir del regreso a los entrenamientos. No se descarta que algunos jugadores sin lugar en el equipo sean apartados para reducir el grupo de trabajo.

La tensión crece a medida que se acerca el próximo compromiso: el 9 de agosto en la Bombonera ante Racing. El hincha, con el fastidio a flor de piel, será protagonista en una jornada que podría marcar un antes y un después en la gestión Riquelme.