El pádel profesional volvió a vibrar este domingo con una final cargada de emociones en la Plaza Mayor de Valladolid. En un duelo que tuvo todos los condimentos, Agustín Tapia y Arturo Coello se consagraron campeones tras imponerse por 7-5 y 6-3 a Juan Lebrón y Franco Stupaczuk, quienes dejaron escapar una oportunidad inmejorable de quedarse con el título.
La dupla hispano-argentina demostró una vez más por qué lidera el ranking mundial. Aunque su temporada no ha sido tan dominante como la anterior, volvieron a mostrar su temple competitivo en un escenario emblemático, frente a una dupla que llegaba en un gran momento y que incluso había eliminado a Galán y Chingotto en semifinales.
El desarrollo del primer set tuvo un claro dominio de Lebrón y Stupa, quienes con agresividad en ataque y solidez defensiva se adelantaron 5-3, 30-0 y con su servicio. Sin embargo, una serie de errores no forzados marcó un quiebre emocional. Tapia y Coello aprovecharon el titubeo rival para dar vuelta el marcador y llevarse la manga inicial por 7-5.
A partir de ahí, la historia fue otra. Con confianza plena, el catamarqueño y el español dominaron la segunda parte del encuentro, cerrando el partido con un contundente 6-3. El triunfo en Valladolid significa un alivio para la pareja número uno del mundo, que venía de caer en Roma y necesitaba reencontrarse con su mejor versión.
Además del talento, Tapia y Coello mostraron oficio, lectura de juego y la madurez de una dupla consagrada. "Cuando se juntan la magia del 'Mozart' y la potencia del 'King', es difícil frenarlos", destacaron los especialistas tras la final.
Para Arturo Coello, el título tuvo un sabor especial: logró levantar el trofeo ante su gente en uno de los escenarios más simbólicos del circuito. Ahora, junto a Tapia, ya piensa en lo que resta del calendario, con el objetivo de seguir defendiendo el trono del pádel mundial.