El Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó que logró avances con el Gobierno en cuanto a la necesidad de adoptar medidas para reducir la alta inflación y lograr mayor inversión y crecimiento económico, luego de varios días de discusiones técnicas en Washington.
En un comunicado, el organismo que dirige Kristalina Georgieva destacó la importancia de reducir el déficit fiscal y adecuar las tasas de interés de referencia para controlar el nivel de precios, que este año rondará el 50 por ciento.
Un equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina, se reunió del 5 al 10 de diciembre en Washington, D.C. con una delegación técnica del Ministerio de Economía y Banco Central de la Republica de Argentina
Hubo avances en el trabajo técnico entre la delegación argentina y el equipo del FMI como parte de sus discusiones para alcanzar un programa respaldado por el FMI. Los equipos analizaron los desarrollos económicos recientes y discutieron las perspectivas de crecimiento, inflación y la balanza de pagos de Argentina.
Los equipos reconocieron la recuperación más fuerte de la esperada en la actividad económica y la inversión este año, y la importancia de un marco de políticas para sostener de manera duradera la recuperación económica y las mejoras en las condiciones sociales y laborales.
En este sentido, hubo un entendimiento general sobre la necesidad de mejorar de manera gradual y sostenible las finanzas públicas, dando lugar al mismo tiempo a las tan necesitadas inversiones en infraestructura, tecnología y gasto social focalizado.
Abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios.
Esto también debe estar respaldado por políticas para acumular reservas internacionales, incluyendo mediante la promoción de la inversión extranjera directa y las exportaciones, que crecieron de manera muy sólida este año, especialmente en los sectores de valor agregado.
También se avanzó en las medidas para desarrollar el mercado de capitales interno, fortalecer la efectividad del gasto público y mejorar las operaciones de política monetaria. Los equipos acordaron que un amplio apoyo, tanto a nivel nacional en Argentina como de la comunidad internacional, también sería fundamental para el éxito general del programa económico.
Si bien serán necesarias más discusiones, el equipo del FMI y las autoridades argentinas siguen plenamente comprometidos con su trabajo conjunto sobre un marco y políticas para un programa respaldado por el FMI.
El comunicado no informa ni la fecha del posible envío de una misión del organismo a Buenos Aires ni de la finalización de las discusiones técnicas, que, como indicó Infobae en varias oportunidades, podría ser entre enero y febrero en el escenario optimista del Gobierno, para pasar a su eventual aprobación en el directorio en marzo, cuando el país enfrenta vencimientos por unos USD 5000 millones.
La comitiva enviada por el gobierno de Alberto Fernández a Washington a afinar, esta semana, la negociación técnica con el Fondo para reestructurar el pago de la deuda por USD 44 mil millones podrá regresar a Buenos Aires animada por las señales políticas que enviaron Estados Unidos y la dirección del FMI, aunque sin un acuerdo técnico cerrado, tal como lo confirma este comunicado.
Mientras los funcionarios del Palacio de Hacienda y el Banco Central mantenían reuniones con sus similares del Fondo, Washington lanzó una señal política para apoyar la visión alternativa de la búlgara Kristalina Georgieva, directora del FMI, quien, en un ambiente hasta ahora dominado por un enfoque de austeridad en el gasto público, apuesta por programas de recuperación postpandemia que pueden favorecer a Argentina en la negociación.
Antes de enviar a su delegación a Washington, el presidente Fernández dijo que las instrucciones para sus funcionarios son que busquen acuerdos fiscales que no impacten el crecimiento económico, sobre todo en el escenario de recuperación tras la pandemia. Martín Guzmán, el ministro de Economía, ha repetido el discurso. El presidente, en tono más potente, aseguró que Argentina no se arrodillará en las negociaciones.
Las pretensiones argentinas han encontrado eco, y un empuje político considerable, en la posición fiscal menos conservadora de la búlgara Georgieva dentro del FMI; sin embargo, luego del escándalo de la manipulación de las cifras de un informe de China cuando la economista se desempeñaba en el Banco Mundial, su posición relativa quedó debilitada.
Esta misma semana, el pasado miércoles 8 de diciembre, la directora-gerente del Fondo reiteró, en una entrevista, su apuesta por menos austeridad fiscal. Queremos ver una recuperación sólida, amortiguadores de reconstrucción a mediano plazo que aborden eso, pero no con la fuerza sofocante de la austeridad, afirmó en una referencia específica a la economía europea en la cual, no obstante, los argentinos pueden encontrar un paralelo.
Además de las declaraciones de Georgieva, con la que la Casa Rosada ya contaba antes de volver a Washington, la señal más importante llegó de Juan González, principal asesor del presidente estadounidense Joe Biden en temas latinoamericanos.
Tras enfatizar la importancia geopolítica que la Argentina sigue tiene para Washington, González asumió como propias algunas de las ideas de Georgieva. El FMI ha aprendido que no siempre se puede utilizar un mismo modelo para prescribir una política macroeconómica? hay que reconocer el contexto doméstico, dijo en Buenos Aires. Y añadió otro guiño: El Fondo Monetario de 2002 no puede ser el mismo de hoy.