El Gobierno nacional lanzó esta semana el "Plan de Reparación Histórica de los Ahorros de los Argentinos", una iniciativa que busca incentivar la bancarización de fondos no declarados —los llamados "dólares del colchón"— y reducir el peso de la burocracia fiscal sobre las finanzas personales. Aunque la medida fue bien recibida en algunos sectores, analistas económicos advirtieron que sus efectos podrían ser acotados en el corto plazo.
La propuesta oficial contempla dos etapas. La primera, ya en marcha, fue publicada este viernes en el Boletín Oficial mediante un decreto presidencial que elimina una serie de regímenes de información fiscal. Entre ellos, se desactivan reportes obligatorios de compras con tarjetas de crédito, pagos de servicios públicos e incluso movimientos inmobiliarios. La segunda etapa, aún en desarrollo, consistirá en el envío al Congreso de un proyecto de ley para modificar la ley penal tributaria, con el fin de blindar estos cambios ante posibles retrocesos en el futuro.
"Está diseñado para reducir drásticamente la vigilancia estatal sobre la actividad financiera personal", explicaron desde la consultora Adcap. Y agregaron: "Si bien no hay incentivos explícitos para los tenedores de dólares no declarados, un régimen de información más laxo, combinado con mayores rendimientos en depósitos en dólares, podría ofrecer un modesto estímulo".
Para Adcap, el plan tiene un enfoque más amplio y está orientado a combatir la informalidad económica, mediante un esquema tributario simplificado y menores exigencias de información, tanto para personas físicas como jurídicas.
En la misma línea, el equipo de Research de la firma Puente sostuvo que el objetivo central es "promover una mayor bancarización y reducir costos transaccionales". Según su análisis, no se espera que estas medidas generen por sí solas una oferta significativa de divisas en el mercado cambiario. Sin embargo, podrían alentar un mayor uso del dólar en transacciones y, en el mediano plazo, ampliar la base de depósitos en moneda extranjera, incrementando las reservas del sistema financiero.
El economista Gabriel Caamaño, por su parte, consideró que "el foco parece ser bancarizar más operaciones y abaratar costos". No obstante, advirtió que para lograr un verdadero efecto en la formalización de la economía, el plan debería complementarse con una baja de la presión impositiva.
Detalles del plan oficial
El titular de la Agencia Federal de Ingresos Públicos (ARCA), Juan Pazo, fue el encargado de detallar las medidas. Anunció que el tope para que los bancos informen transferencias y extracciones de personas físicas se elevará a $50 millones. También se eliminará la obligación de reportar compras realizadas con tarjetas de crédito, débito o billeteras virtuales.
Además, el Gobierno anticipó cambios en el Régimen Simplificado del Impuesto a las Ganancias y presentará un proyecto para reformar el sistema tributario con el objetivo de proteger a los ahorristas ante eventuales cambios futuros.
Por su parte, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, adelantó que se implementará un Sistema de Finanzas Abiertas (SFA), destinado a reducir la carga burocrática de los usuarios que operan en el sistema financiero.