Pisos de tierra y pobreza: 300 mil familias viven en condiciones que afectan el desarrollo infantil
La falta de pisos adecuados en los hogares vulnerables impacta de forma directa en la salud, el aprendizaje y el juego de niños y niñas. Estudios y organizaciones sociales alertan sobre una crisis habitacional que profundiza la desigualdad y condiciona el futuro de millones de personas.

En Argentina, alrededor de 300 mil familias viven en viviendas con pisos de tierra, una condición que no solo refleja la magnitud de la desigualdad habitacional, sino que también tiene consecuencias directas sobre la salud, la educación y el desarrollo integral de las infancias. Así lo indican estudios recientes y relevamientos realizados por organizaciones sociales especializadas en hábitat y vivienda digna.

El juego dentro del hogar sobre un suelo firme y seguro es un factor clave para el desarrollo cognitivo, emocional, social y físico durante la infancia. Además, reduce el ausentismo escolar y mejora el rendimiento educativo. Sin embargo, para miles de niños y niñas, esa posibilidad sigue estando limitada por las condiciones materiales de sus hogares.

El caso de Bruno, un niño de Tigre, ilustra con claridad esta problemática. Durante años jugó sobre la tierra de su casa, lo que derivó en asma recurrente e infecciones dermatológicas, como forúnculos, asociadas a la falta de higiene y al contacto permanente con el suelo contaminado. Su historia no es una excepción, sino parte de una realidad que atraviesa a amplios sectores de la población.

Según un estudio al que accedió la agencia Noticias Argentinas, los primeros años de vida son determinantes para las condiciones físicas y psicológicas que acompañarán a una persona durante el resto de su vida. Esta hipótesis refuerza la idea de que la infancia es una etapa crítica y que la construcción de sociedades más justas requiere poner el foco en el desarrollo temprano de niños y niñas.

Crisis habitacional y desigualdades estructurales

Lejos de tratarse de casos aislados, una de cada tres familias del país vive en una vivienda inadecuada, de acuerdo con un informe elaborado por Fundación Vivienda Digna, TECHO, Mujeres 2000, Módulo Sanitario y Hábitat para la Humanidad Argentina. El diagnóstico es contundente: precariedad habitacional, hacinamiento, falta de acceso a agua potable, baños y electricidad segura, además de una vulneración sistemática de derechos humanos básicos.

Las organizaciones advirtieron que esta realidad impacta de manera directa en la salud, la educación, la seguridad y el desarrollo de millones de personas. En la misma línea, datos oficiales del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) indican que más de 5 millones de personas viven en barrios populares, mientras que el Censo Nacional revela que 6 millones de habitantes no cuentan con baño y más de 1 millón vive en condiciones de hacinamiento crítico, según la EPH del Indec.

Cambiar el piso, cambiar la vida

Un estudio dado a conocer por la ONG Hábitat para la Humanidad Argentina demuestra que reemplazar pisos de tierra por pisos de cemento genera impactos inmediatos y medibles. Entre los principales resultados, se destaca un aumento del 80% en las horas de juego, lo que equivale a dos horas más por día dentro del hogar.

El informe también señala una reducción del 15% en el ausentismo escolar, mejoras en el desempeño académico y una disminución de enfermedades, lo que permite que los niños cuenten con un espacio adecuado para estudiar y realizar tareas. A largo plazo, estos cambios podrían contribuir a reducir la deserción escolar, un fenómeno que, según el Banco Mundial, afecta con mayor intensidad a la población vulnerable.

Desde el punto de vista sanitario, los beneficios son aún más contundentes: las infecciones parasitarias disminuyen un 78%, las anemias un 81% y los gastos médicos familiares se reducen hasta en un 79%.

Gracias a estas intervenciones, hoy Bruno puede jugar en su casa sin el riesgo constante de infecciones. "Un piso seguro no es un lujo, es una necesidad básica", afirmó Bárbara Bonelli, directora de Hábitat para la Humanidad Argentina, quien recordó que en los relevamientos previos el 37% de las familias registraba enfermedades dérmicas, el 25% cuadros de diarrea y el **19% enfermedades respiratorias.

Una campaña solidaria con impacto regional

Para revertir esta situación, la organización lanzó en diciembre la campaña "Esta Navidad, regalá un piso para jugar", que forma parte de la iniciativa regional "100 Mil Pisos para Jugar", con la que ya se logró mejorar la calidad de vida de miles de niños en América Latina y el Caribe. Las donaciones pueden realizarse a través de hpha.org.ar/unpiso.