Invitados a Debo decir (América), Eduardo Costantini y Elina Fernández volvieron a dar detalles de su relación. Pero no solo contaron cómo viven su amor desde el flechazo que sintieron el 3 de mayo de 2019 cuando se conocieron en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). La pareja también habló sobre la convivencia con sus inesperados vecinos en Nordelta: dos familias de carpinchos, a quienes buscarán recrear su hábitat natural para mejorarles la calidad de vida.
En primer lugar, el empresario y economista sostuvo que mucha gente se aferra a un estereotipo erróneo acerca de la gente que vive en el exclusivo barrio que él mismo creó en la Provincia de Buenos Aires. “Nordelta, lo que tiene de espectacular, es que vos creás comunidad, sociedad. Y es una caja de resonancia. En un país donde hay más del 40% de pobreza, los nordelteños están vistos como una elite. Y se producen un montón de problemas: tuvimos los narcotraficantes, tuvimos la cheta de Nordelta, que era una cosa patética”, relató.
Tras esa enumeración con la que intentó representar la variedad de perfiles que se pueden encontrar en el lugar, Costantini se refirió a uno de los temas que recibió más atención en el último tiempo y generó una grieta entre los “nordelteños”: la problemática surgida a partir de la sobrepoblación de roedores de gran tamaño.
“En realidad había una población mucho menor de carpinchos. Porque antes eran atacados hasta por el ser humano que iba a cazarlos. En cambio, desde que se construyó Nordelta, no hay ningún depredador, por lo que tienen un ecosistema con una taza de crecimiento enorme”, expresó.
Para el coleccionista de arte, la solución está en adaptar el ambiente para una coexistencia saludable. “Lo que hay que encontrar es un sano equilibrio de convivencia entre la fauna y la flora y los habitantes”, manifestó.
Fue en en ese momento de la charla en el que sorprendió a Luis Novaresio con una revelación: vive rodeados de carpinchos, a los que adoptó como si fueran sus mascotas. “Están en la casa como un perro más. Hace tres días tuvieron 12 crías, son chiquititos. Porque son dos familias de carpinchos las que tenemos viviendo al lado de casa. Por eso nosotros les vamos a recrear su lugar, con más espacio. Pero son divinos”, sostuvo.
Por otra parte, Costantini admitió que no tiene en claro cuánto dinero tiene en total. “Las acciones a veces valen muchísimo y en otros momentos no”, reflexionó. Y en ese sentido, aseguró que le resulta incómodo que mucha gente solo lo reconozca por su estatus social: “La gente tiene un prejuicio sobre los millonarios y ya te tabula y te odia o te admira, pero por la plata. Y la vida no va por ahí”.
