La reciente internación del exgobernador de Tucumán, José Alperovich, volvió a ponerlo en el centro de la escena pública y judicial, no solo por su estado de salud sino también por las circunstancias que rodearon su traslado y la divulgación de imágenes desde el centro médico donde permanece alojado. Condenado a prisión domiciliaria por nueve casos de abuso sexual, Alperovich fue sometido a una cirugía de urgencia por una complicación gastrointestinal, días después de haber celebrado su casamiento con Marianela Mirra, exparticipante del reality show Gran Hermano.
La noticia se conoció a través de información publicada por Agencia Noticias Argentinas (NA), pero cobró aún mayor notoriedad cuando el periodista Ángel de Brito compartió en sus redes sociales varias fotografías tomadas en el Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra internado. En las imágenes se observa a Mirra acompañándolo en el cuarto piso del edificio, lo que aportó detalles adicionales sobre la situación clínica del exmandatario y sobre quiénes lo asisten durante la internación.

Sin embargo, la controversia no se limitó a la difusión de las imágenes. De Brito agregó una precisión que profundizó el debate: recordó que, por tratarse de un preso domiciliario, cualquier movimiento, traslado o intervención médica debe ser informado en la causa judicial para conocimiento de la víctima. "Esto no ocurrió aún", sostuvo el conductor, subrayando un posible incumplimiento procesal que podría acarrear consecuencias legales para quienes debían garantizar esa comunicación.

Según fuentes citadas por NA, la falta de notificación encendió alarmas entre especialistas y actores judiciales, ya que los traslados médicos, aun en situaciones de urgencia, requieren la correspondiente autorización y registración. Para los organismos que trabajan en el seguimiento de casos de abuso, este tipo de incumplimientos dificulta el control efectivo de las medidas cautelares y afecta directamente a las víctimas, quienes deben ser informadas de los movimientos del imputado o condenado.
El propio De Brito también aportó un dato adicional que despertó nuevas discusiones: la elección del Hospital Italiano como lugar de internación. El periodista afirmó que Alperovich habría sido derivado allí "porque es amigo del vicedirector" del establecimiento, una declaración que generó especulaciones sobre potenciales beneficios o tratos preferenciales en el marco de su situación judicial.
La repercusión fue inmediata. Usuarios en redes sociales, referentes de organizaciones feministas y especialistas en derecho penal cuestionaron tanto la filtración de imágenes —por tratarse de un contexto médico y privado— como la posible omisión de notificación a la víctima, lo que podría configurarse como un incumplimiento del protocolo previsto para las detenciones domiciliarias. Además, recordaron que la condena por abuso sexual contra el exgobernador fue considerada un caso emblemático en términos de visibilización de la violencia de género en estructuras de poder.
Mientras tanto, el estado de salud de Alperovich continúa bajo seguimiento médico tras la intervención quirúrgica, y se espera que la Justicia determine si correspondía o no una comunicación inmediata a la víctima y si hubo irregularidades en el procedimiento.
La situación combina elementos sanitarios, judiciales y mediáticos que vuelven a colocar al exmandatario en el centro del debate público, en un escenario donde la sensibilidad del caso y los antecedentes judiciales exigen máxima transparencia y rigurosidad.