Máxima Zorreguieta volvió al país y celebrará Año Nuevo en la Patagonia junto a la familia real
La reina de los Países Bajos llegó a Bariloche junto al rey Guillermo y sus hijas, y se instaló nuevamente en la Estancia Pilpilcurá, una exclusiva propiedad familiar ubicada a 75 kilómetros de la ciudad.

Máxima Zorreguieta ya se encuentra en la Argentina para pasar, una vez más, las celebraciones de fin de año en la Patagonia junto a la familia real neerlandesa. La reina de los Países Bajos arribó este viernes a San Carlos de Bariloche acompañada por su esposo, el rey Guillermo Alejandro, y sus hijas Catalina, Alexia y Ariane de Orange, con el objetivo de instalarse en la Estancia Pilpilcurá, una propiedad familiar situada en las afueras de la ciudad rionegrina.

La llegada se produjo luego de una breve estadía en El Calafate, destino que la familia real también había elegido en ocasiones anteriores. El esquema se repite respecto a finales de 2024, cuando Máxima y los suyos pasaron Nochebuena y Navidad en la localidad santacruceña, para luego trasladarse a Bariloche y recibir el nuevo año en un entorno natural, alejado del protocolo y de la exposición mediática habitual.

 

De acuerdo con información de la agencia Noticias Argentinas (NA), la reina se hospeda en la estancia junto a su madre, María del Carmen Cerruti Carricart, en un predio administrado por su tía y madrina, Marta Marcela Cerruti Carricart, quien está a cargo del complejo desde 2009, año en el que Máxima adquirió la propiedad. Desde entonces, el lugar se consolidó como uno de los refugios predilectos de la monarca cada vez que regresa al país.

El arribo de la familia real se produjo pasadas las 14 horas del viernes, cuando un vuelo privado aterrizó en el aeropuerto Teniente Luis Candelaria, procedente de El Calafate. Según consignó el medio local El Cordillerano, el operativo estuvo acompañado por un importante despliegue de seguridad, aunque sin alterar la dinámica habitual del aeropuerto.

La presencia de Máxima Zorreguieta en la región no es una novedad para los habitantes de la zona. El año pasado, la familia real neerlandesa optó por mantener un perfil bajo durante su estadía en Villa La Angostura, donde se los pudo ver realizando actividades cotidianas. Medios locales registraron a la reina paseando por el centro de la ciudad junto a su madre y su mascota, mientras que sus hijas visitaron el restaurante de su tío, un espacio que suele frecuentar la familia.

Se trata de Tinto Bistró, un reconocido local gastronómico de la región, propiedad del hermano de Máxima. Allí, las princesas llamaron la atención de los presentes por su conducta sencilla y reservada, un rasgo que suele destacarse cada vez que la familia real visita el país.

Un refugio patagónico con historia familiar

La Estancia Pilpilcurá, ubicada a unos 75 kilómetros de Bariloche, se extiende sobre un terreno de 3.000 hectáreas y responde al modelo clásico de las residencias turísticas patagónicas, combinando naturaleza, exclusividad y servicios de alto nivel. El complejo mantiene un perfil de máxima privacidad, con solo cinco habitaciones boutique, lo que lo convierte en un espacio ideal para el descanso familiar.

Entre las actividades que se ofrecen se destacan la pesca con mosca, cabalgatas, excursiones de trekking y visitas a cuevas con pinturas rupestres, además de la cría de ganado Hereford y el mantenimiento de una huerta propia, que abastece parte de la propuesta gastronómica del lugar.

El restaurante de la estancia se caracteriza por una cocina basada en productos regionales, con desayunos que incluyen repostería artesanal y almuerzos elaborados con ingredientes frescos, reforzando el vínculo del establecimiento con la cultura y la identidad local.

Desde que adquirió la propiedad en 2009, Máxima impulsó un proceso de renovación y puesta en valor, que incluyó mejoras en la acústica de las suites para garantizar mayor privacidad y confort. Esa atención al detalle refleja el interés de la reina por preservar la estancia no solo como un emprendimiento turístico, sino también como un hogar familiar.

La relevancia del lugar quedó en evidencia en 2016, cuando la estancia recibió la visita del entonces presidente Mauricio Macri, quien llegó acompañado por su esposa Juliana Awada y su hija menor, Antonia, en el marco de una visita privada.