La jornada de ayer confirmó lo que durante días había sido objeto de rumores, especulaciones y fuertes críticas: Marianela Mirra y José Alperovich finalmente dieron el "sí" en una ceremonia realizada en Puerto Madero, lugar donde el exgobernador de Tucumán cumple prisión domiciliaria. Aunque la pareja había evitado confirmarlo públicamente, el casamiento se concretó en un clima de hermetismo y reserva, sin presencia de prensa ni acceso de terceros, en un intento de mantener la situación bajo control.
Sin embargo, el casamiento —que no contó con fiesta ni recepción posterior— no logró escapar al ojo público. Pocas horas después de realizada la unión, dos fotografías comenzaron a circular, difundidas por el medio Farándula Show, reavivando la polémica que ya rodeaba a la pareja. En las imágenes, Mirra aparece con un vestido strapless, cabello rubio recogido y llamativos aros largos y brillantes, mientras que Alperovich luce una camisa blanca y el cabello peinado hacia atrás con gel.
La boda se concretó luego de que trascendiera que la pareja había decidido cancelar el festejo y un presunto servicio de catering, en medio de críticas por la presunta ostentación del evento. En una entrevista previa con Pamela David, la ganadora de Gran Hermano 2007 había adelantado que no existía nada irregular en la decisión de casarse: "Este casamiento está previsto desde hace tiempo. No hay nada extraño, pero todo lo que dicen sobre la ostentación y el catering nos perjudica muchísimo", sostuvo, en referencia al fuerte escrutinio público que acompañó la noticia.
Prisión domiciliaria y restricciones
El casamiento tuvo lugar en el mismo complejo donde José Alperovich cumple prisión domiciliaria, un dato que añadió aún más tensión al debate público. En julio, el exgobernador abandonó el Complejo Penitenciario de Ezeiza para continuar cumpliendo su condena en un departamento ubicado en el complejo Zencity, en Puerto Madero.
Según lo establecido por la justicia, la medida fue autorizada por el juez Juan Ramos Padilla, magistrado que lo condenó a 16 años de prisión por delitos sexuales. Para acceder al régimen domiciliario, Alperovich debió cumplir una serie de condiciones estrictas, entre ellas el uso obligatorio de tobillera electrónica, el pago de una caución real de 400 millones de pesos y varias restricciones que regulan su conducta y sus vínculos.
Entre esas limitaciones, se mantiene vigente la prohibición absoluta de mantener contacto —directo o indirecto— con la denunciante o personas de su entorno. También tiene prohibido emitir declaraciones públicas que puedan mencionarla, aludirla o intentar desacreditarla, restricción que se extiende a cualquier tipo de intervención mediática o comunicación pública.
La ceremonia, realizada en ese mismo contexto judicial, generó reacciones y cuestionamientos vinculados a la pertinencia y las implicancias sociales del evento. Aunque el casamiento en sí no viola ninguna de las condiciones impuestas, la atención generada por las imágenes filtradas volvió a situar a la pareja en el centro de la discusión pública.
