En una comisaria de un pueblo italiano, un albanés condenado por delitos de narcotráfico, que había recibido hace un tiempo la dispensa judicial de prisión domiciliaria, fue a rogarles a los carabinieri que lo devolvieran a prisión: "Ya no aguanto a mi familia, mi casa es un infierno, por favor mándenme de nuevo a la cárcel, prefiero estar en la prisión...".
Allí en la seccional del lugar de carabinieri, apareció el joven narco albanés y contó su drama: "Mi casa es un infierno, no aguantó más la prisión domiciliaria, ya no soporto a mi familia, no quiero más la prisión domiciliaria que me dieron...". Y la última frase no dejó dudas sobre esa volcánica entrecasa albanesa: "Estaré mejor en la cárcel".
La primera reacción de los uniformados fue la de devolver el albanés a su casa, porque no tenían potestad para una decisión de tono judicial, pero alguien quiso "salvarlo". Como había violado su prisión domiciliaria yendo hasta la comisaria, y eso era un delito, procedieron a detenerlo y enviarlo a la cárcel.
"El individuo ya no puede hacer frente a la convivencia forzosa junto a su esposa y su familia", dijo el breve comunicado de los "carabinieri" de Tívoli, la ciudad vecina que controla a la seccional de Guidonia Montecelio. Citado por AFP, el capitán Francesco Giacomo Ferrante contó que el albanés "estuvo varios meses con prisión domiciliaria por delitos vinculados con la droga y le queda condena durante varios años más".
"Vivía en sus casa junto a su esposa y familia, pero las cosas no iban bien", añadió el capitán Ferrante, deslizando que el albanés le rogó que lo mandaran a la prisión: "Escuche, mi vida familiar se ha convertido en un infierno, ya no puedo más, quiero ir a la prisión...".