El chavismo ratificó este lunes que la Navidad en Venezuela comenzará oficialmente el 1° de octubre, tras el anuncio realizado semanas atrás por el presidente Nicolás Maduro. Como en años anteriores, el mandatario adelantó las festividades, en esta ocasión en un contexto marcado por el despliegue militar de Estados Unidos en aguas cercanas y la advertencia del Gobierno venezolano sobre supuestas "amenazas" externas.
"El miércoles 1 arranca la Navidad. Para los amargados no habrá Navidad, según ellos, pero para nosotros sí, para el país entero", afirmó Diosdado Cabello, ministro del Interior y secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), durante la rueda de prensa semanal transmitida por Venezolana de Televisión (VTV).
Cabello, quien lució una gorra con la frase "Dudar es traición", aseguró que la nación está "en paz", con el pueblo, las fuerzas armadas y los organismos policiales "sólidamente amalgamados en una sola fuerza". También adelantó que octubre será un mes especial por la canonización del médico José Gregorio Hernández y la religiosa Carmen Rendiles, prevista para el 19 de este mes.
Tras el decreto de Maduro del 8 de septiembre, varias zonas de Caracas ya fueron decoradas con luces y adornos, entre ellas el Paseo Los Próceres, ubicado junto al Fuerte Tiuna, uno de los principales complejos militares del país. Según el mandatario, el adelanto de las fiestas es una "fórmula que ha funcionado muy bien para la economía, la cultura, la alegría y la felicidad".
El año pasado, Maduro también anticipó la Navidad en septiembre como "homenaje" a los venezolanos tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral lo proclamó vencedor, pese a las denuncias de fraude de la oposición.
Este año, la celebración se enmarca además en la firma de un decreto de conmoción externa que, según la vicepresidenta Delcy Rodríguez, se activará "de manera inmediata" en caso de agresión contra el país.
En contraste, dirigentes opositores criticaron la medida. Henrique Capriles cuestionó que el Gobierno hable de celebraciones navideñas cuando "el salario se hace sal y agua" y la educación pública atraviesa una profunda crisis.
