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El drama del niño afgano que emocionó al mundo con su camiseta de Messi hecha de nylon

Se llama Murtaza Ahmadi y en 2016 su foto con una bolsa de nylon con los colores argentinos recorrió el mundo. Pudo viajar a España, pero al regreso nada fue como lo soñaba su familia. El drama de vivir en Kabul.

16 Agosto de 2021 17.21

Afganistán vive horas dramáticas con la toma del poder por parte de los talibanes en Kabul y la entrada al Palacio Presidencial. La salida del presidente Ashraf Ghani acentuó el drama de un país que vive convulsionado desde hace 40 años. Hace cinco años, este país fue noticia pero por otro motivo: un niño utilizó una bolsa de nylon para vestirse de Lionel Messi y su tierna historia trascendió fronteras.

El chico afgano se llama Murtaza Ahmadi y se hizo famoso por su camiseta improvisada de Lionel Messi. El impacto de la imagen fue tan fuerte que llegó a conocer a su ídolo en persona. Aunque, luego, su historia no tuvo un final feliz: se vio obligado a huir de su casa en el sur de Afganistán por una ofensiva de los talibanes hace dos años. En estos días su vida nuevamente quedó amenazada.

El pequeño de siete años alcanzó fama mundial en 2016, cuando una fotografía en la que se le veía con una bolsa de plástico de franjas azules y blancas con un “Messi 10” pintado en la espalda, se hizo viral.

Murtaza estaba viviendo junto a su familia en el distrito de Jaghori, de la provincia sureña de Ghazni, considerada el área más segura y pacífica en los últimos 17 años de conflicto, pero la calma terminó a principios de noviembre de 2018 cuando los talibanes irrumpieron en la región, forzando a más dos tercios de la población a huir en busca de refugio.

Su vida en Kabul

“Extraño nuestra casa en Jaghori, aquí no tengo una pelota y no puedo jugar al fútbol o salir fuera”, lamentó el joven a EFE en Kabul, donde él y su familia permanecieron refugiados. Murtaza, sus padres y sus cuatro hermanos viven en una modesta habitación en un edificio compartido con un vecino en una de las montañas en el oeste de la capital, tras haber recalado por un tiempo en la provincia vecina de Bamyan.

Al pequeño se le llenan los ojos de lágrimas cuando recuerda que las dos camisetas firmadas y la pelota que le regaló Messi, al que llegó a conocer en 2016 en Qatar, quedaron abandonadas en su hogar. “Las dejamos detrás en Jaghori”, explicó. “No pudimos traerlas porque dejamos la casa durante la noche, y mamá me pidió que dejase la pelota y las camisetas”.

Las fuerzas de seguridad afganas expulsaron a los insurgentes de la zona, pero la familia decidió no regresar al pueblo. Y es que antes de que los talibanes irrumpieran en la región hace dos años ya la familia recibía continuas amenazas telefónicas a causa de la repentina fama de Murtaza, explicó su hermano mayor, Humayoon Ahmadi.

“Después de que Murtaza conoció a Messi en Qatar, la situación se volvió complicada y vivíamos con miedo, porque la gente de nuestro entorno pensaba que Messi nos había dado un montón de dinero”, lamentó Ahmadi. El joven relató cómo en ocasiones desconocidos vigilaban la casa al anochecer y los familiares recibían amenazas.

“A causa de todo esto, temíamos que lo secuestraran y prácticamente encerramos a Murtaza en casa y no lo enviamos a la escuela durante dos años”, resumió. Hasta que las amenazas se hicieron insoportables y la familia tomó el camino del exilio a Pakistán con la esperanza puesta en llegar los Estados Unidos.

Sin embargo, el pedido de asilo fue rechazado tras unos pocos meses y Murtaza, sus papás y sus hermanos se vieron obligados a volver a su pueblo, de donde fueron desplazados ahora a causa del conflicto.

Hoy Afganistán vive horas dramáticas con el avance de los talibanes. La historia de Murtaza es tan sólo uno de los tantos sueños truncos de niños y familias que viven el horror en Kabul.