La muerte de Gerson do Melo Machado, un joven de 19 años que padecía esquizofrenia y fue atacado por una leona tras ingresar al recinto del animal en el zoológico de João Pessoa, en el noreste de Brasil, generó conmoción pública y abrió un intenso debate sobre la responsabilidad institucional y el destino de la felina. El trágico episodio ocurrió cuando el joven logró sortear varias barreras físicas e irrumpió en la jaula del animal durante la noche, en circunstancias que aún se investigan.
Machado escaló primero un muro perimetral de seis metros de altura y luego descendió hacia el recinto de la leona utilizando un árbol ubicado en las cercanías. Una vez dentro, el animal, sorprendido por la presencia del intruso, reaccionó instintivamente y lo atacó, causándole lesiones fatales. Pese a la intervención del personal del parque, el joven no sobrevivió.
Tras el impacto del caso, las autoridades del Parque Zoológico-Botánico Arruda Câmara emitieron un comunicado para aclarar el futuro de la leona, de 18 años. Según informaron, el animal no será sacrificado y permanecerá en observación veterinaria constante. La decisión se basó en que la felina no había mostrado comportamientos agresivos previos y que su reacción ante la invasión territorial fue, según los especialistas, un comportamiento natural de su especie.
En línea con esa explicación, el equipo veterinario indicó que la leona sufrió un episodio agudo de estrés durante el ataque, provocado por la irrupción del joven en su espacio. Detallaron que el animal mostró signos de agitación, pero pudo ser contenido sin que fuera necesario emplear dardos tranquilizantes. También señalaron que, en ningún momento, la leona intentó alimentarse del cuerpo del joven, lo cual, remarcaron, refuerza la interpretación de que su conducta respondió exclusivamente a un mecanismo de defensa.
A raíz del incidente, el zoológico decidió cerrar sus puertas de manera preventiva mientras se lleva adelante una revisión exhaustiva de las condiciones de seguridad. Las autoridades del parque afirmaron que el establecimiento cumple con los estándares exigidos por el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), que establecen alturas mínimas y barreras adicionales para la contención de animales de gran porte. Incluso agregaron que las estructuras superan los requisitos, con dos metros extra de altura y un borde negativo de 1,5 metros que dificulta el acceso desde el exterior.
Sin embargo, el hecho de que Machado lograra ingresar al área restringida puso nuevamente en discusión la necesidad de reforzar la seguridad y mejorar la vigilancia para prevenir situaciones similares. Las autoridades locales trabajan junto con especialistas en manejo de fauna y prevención de riesgos para evaluar posibles modificaciones en los recintos, la cartelería informativa y los procedimientos de monitoreo continuo de visitantes.
Mientras tanto, el suceso reavivó el debate sobre el acceso a espacios con animales salvajes y las condiciones necesarias para garantizar tanto la protección de los visitantes como el bienestar de los ejemplares en cautiverio. Diversas organizaciones defensoras de los derechos de los animales destacaron que el ataque fue la consecuencia directa de una irrupción humana en un hábitat controlado y remarcaron la importancia de no criminalizar la conducta de la leona. Por su parte, especialistas en salud mental señalaron la necesidad de reforzar el acompañamiento y los cuidados en casos de pacientes con trastornos psiquiátricos para evitar episodios que puedan poner en riesgo su integridad.
Con el zoológico aún cerrado y la leona bajo monitoreo, la investigación continúa. Las autoridades buscan reconstruir con precisión cómo el joven logró vulnerar las barreras del recinto y llegar hasta el animal, al tiempo que se analizan ajustes en los protocolos de seguridad. El caso seguirá siendo objeto de atención en los próximos días, tanto por sus implicancias en la gestión de fauna en cautiverio como por las preguntas que plantea sobre los mecanismos de prevención en instituciones públicas.