Lisboa vive horas de conmoción tras el descarrilamiento del funicular da Glória, uno de los transportes más emblemáticos de la ciudad, que provocó al menos 15 muertos y 18 heridos, cinco de ellos en estado crítico.

El accidente ocurrió este domingo a las 18:05, hora local, cuando el vagón descendía la pronunciada pendiente que conecta la plaza de Rossio con los barrios de Bairro Alto y Príncipe Real. Imágenes difundidas por medios locales muestran el vehículo totalmente destruido, mientras equipos de bomberos, policía y servicios de emergencia trabajaban entre los escombros para rescatar a las víctimas.

Testimonios e impacto inmediato

"Chocó contra un edificio con una fuerza brutal y se derrumbó como una caja de cartón, no tenía frenos", relató una testigo a la cadena SIC. Según explicó, el tranvía descendía "a toda velocidad" antes de perder el control.

Todas las víctimas ya fueron retiradas del lugar, confirmó Tiago Augusto, responsable del servicio de urgencias médicas (INEM), quien además señaló que entre los afectados había extranjeros, aunque aún no se confirmó su nacionalidad.

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, expresó su "profunda consternación" por lo ocurrido y pidió una rápida investigación para esclarecer las causas del siniestro.

Un ícono turístico bajo la lupa

El funicular da Glória, inaugurado en 1885, es considerado uno de los transportes más tradicionales de Lisboa y una de las atracciones turísticas más fotografiadas de la ciudad. Con capacidad para unos 40 pasajeros, conecta el centro histórico con el popular Bairro Alto, famoso por su vida nocturna.

El sistema funciona mediante dos coches unidos por un cable de tracción, con motores eléctricos que impulsan el ascenso y descenso. El coche ubicado en la parte baja aparentemente no sufrió daños graves, aunque pasajeros debieron evacuar saltando por las ventanas, según reportó CNN Portugal.

Repercusiones oficiales

"Es una tragedia que nunca había ocurrido en nuestra ciudad", lamentó el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, al destacar la magnitud del accidente. El siniestro, hasta ahora sin precedentes en la capital portuguesa, pone bajo revisión la seguridad de este histórico medio de transporte que recibe a miles de turistas cada año.