A un mes, nada se sabe del móvil del asesinato de Juan Carlos Rojas
El hermetismo, por parte de los investigadores, la familia del funcionario y del Ejecutivo, fue la característica saliente de esta investigación que tiene a una mujer imputada quien aún goza de la libertad.

Un espeso misterio rodea el asesinato del ex ministro de Desarrollo Social de la provincia, Juan Carlos Rojas a un mes de ocurrido el hecho. La investigación, por la cuál se encuentra bajo la lupa del tribunal del Jury el fiscal Laureano Palacios quien intervino en la causa al inicio de la misma, actualmente presidida por el fiscal Hugo Costilla, avanza lentamente y en medio de un celoso hermetismo a pesar de que la causa ya no cuenta con secreto de sumario, en donde lo único que trasciende de manera oficial es “que se esta investigando” y que “no se descarta ninguna línea investigativa”. 

Desde el principio, hubo confusiones: una primera autopsia “no concluyente”, la entrega del cuerpo “apresurada”; permitir “limpiar el lugar que en horas se convirtió en la escena de un crimen”; y, la “falta de insumos” para un trabajo rápido y adecuado –falta de luminol fluorecente que permite el hallazgo de sangre o ADN por ejemplo, en superficies o prendas de vestir aún cuando las mismas hubieran sido lavadas- pericia que hoy a un mes del homicidio siguen sin ser concluyentes.

La tarde noche del seis de diciembre, la policía y los fiscales, quienes para ese entonces y debido a la envergadura del caso ya eran tres: Palacios, Costilla y Gober, previo a contar con el registro de una cámara de seguridad del sistema SAE, en donde para la fiscalía a la mujer que se observa en las imágenes seria Nieva, habrían contado además con un indicio de “mala justificación” por parte de Silvina del Valle Nieva quien le aseguró a la policía a horas de ser encontrado el cuerpo el domingo 4 de diciembre por el hijo del exministro. La mujer habría manifestado que no fue a la casa de él el día sábado 3 sino que el propio Rojas la había llamado a su celular y mientras hablaban “se quedó callado y escuchó como que respiraba, asumiendo que se había quedado dormido, colgó la llamada."

Nieva no era cualquier persona en la vida de Rojas. La mujer había sido por años su empleada doméstica y de confianza al punto tal que aún conservaba llaves de la casa del exfuncionario, las que le fueron secuestradas luego en un allanamiento. Las tareas domésticas y la relación de confianza perduró hasta finales del año 2019 y principio del 2020 cuando Nieva comenzó a cumplir tareas en el gremio de UTGRAH, en donde ingresó por una gestión de su expatrón. 

Volviendo a la tarde noche del martes seis, el propio fiscal Palacios fue acompañado de otro personal a su cargo al domicilio de Silvina Nieva, en el barrio Eva Perón de donde secuestraron un manojo de llave entre las cuales se encontró la que correspondía  a la vivienda de Rojas, y prendas de vestir, que según la fiscalía, era similar a la que utilizaba la mujer que había sido captada por la cámara de seguridad en las inmediaciones del domicilio del ex ministro en el barrio Argentina. 

En paralelo, el fiscal Costilla junto al personal de Homicidios regresó a la casa de Rojas y realizaron junto al personal idóneo la prueba de luminol que les permitió el hallazgo en la escena de manchas y salpicaduras de lo que sería sangre. Énfasis en la ambigüedad de “sería”, puesto que a pesar del tiempo transcurrido no se logró llevar a cabo ninguna pericia que permita, primero, determinar si se trata de sangre humana, y segundo, que en caso de serlo, si esta pertenece a la victima o cual seria el grupo sanguíneo de la misma.

En ese mismo orden de ideas, se puede agregar que la “falta de recursos” jugó también un papel importante en el esclarecimiento del hecho, que cada vez parece mas lejano. A treinta días del homicidio del ex funcionario del ejecutivo provincial no solo los investigadores no saben cuál fue el móvil por el que Juan Carlos Rojas fue atacado a traición si no que además, los investigadores desconocen con una base científica si verdaderamente los indicios que recogieron en contra de la única sospechosa Silvina Nieva, la ubican en el lugar del hecho o al menos la relacionan con lo ocurrido.

Cabe recordar que Rojas no presentaba signos de defensa, además de que se presume a partir de la autopsia, que recibió un fuerte golpe en la cabeza, uno tan certero que acabo con su vida, pero cuyo elemento utilizado no aparece ya que él o los asesinos, se lo llevaron.

Por otro lado, la ropa secuestrada en casa de Nieva, una remera, una calza deportiva, una campera, etc, prendas similares a las de la “mujer de la cámara”, no fue totalmente peritada. En la madrugada del miércoles siete de diciembre, en la Comisaria Cuarta y ante la presencia del fiscal Palacios los especialistas no pudieron analizar con el reactivo luminol dichas prendas para buscar fluidos, principalmente resto de sangre o ADN, porque se quedaron sin dicho insumo. Todo lo que la policía tenia, había sido utilizado horas antes en la casa del exfuncionario que les permitió divisar la sangre en la galería que había sido, recordemos, lavada a las horas del hallazgo por la familia de la victima.

Esa madrugada solo se trabajó con la luz ultra violeta y si bien la misma detectó restos de sustancia, no determinó de cuál se trataba. Hoy, también, treinta días después el resultado de dicha pericia, continua siendo un misterio. Según se explicó en su momento, se trata de una tarea bioquímica minuciosa cuyo procesamiento es lento y si bien, en los últimos días hubo expectativas por los resultados, extraoficialmente trascendió que los mismos recién estarían para el mes de febrero próximo. 

Aún cuando las pruebas eran “débiles”,  sin una confirmación pericial la fiscalía entendió que se cumplía con el grado de sospecha requerido en la investigación penal preparatoria y sentó en el banquillo el sábado 10 de diciembre a Silvina Nieva a quien la responsabilizó del asesinato de Rojas imputándola del delito de “homicidio doblemente agravado por una relación de pareja y alevosía”. Para los investigadores, entre Nieva y Rojas había una relación de pareja de por lo menos más de ocho años.

A pesar de la fuerte imputación y encontrándose en un estado de “incertidumbre” y mucha “desazón” según lo explicó oportunamente el Dr. Gabriel Díaz abogado de la acusada, Nieva se sentó ante el fiscal Palacios y el fiscal Costilla y se declaró inocente. Negó los hechos y aseguró que la relación con Rojas era de confianza pero netamente profesional.

Nada de lo que dijo fue tenido en cuenta por los fiscales, quienes mientras continuaban buscando más pruebas que vinculen a su sospecha a la causa desde secuestros de teléfonos celulares, computadores, modem de internet, documentación escritas, llaves, entre otros elementos oportunamente incautados en los domicilios de los dos hijos de Rojas, su casa, su despacho en el ministerio de Desarrollo Social y en la casa de Nieva, y que fueron informados en su momento en exclusiva por LA UNION, llevaron a Nieva ante el juez de Control de Garantías Lucas Vaccaroni el 12 de diciembre. Al dia siguiente la causa volvió a dar un giro inesperado cuando el magistrado ordenó la inmediata libertad de Nieva, quien a su entender estaba ilegalmente detenida ya que no se cumplia con las formas que prevé el código para privar a una persona del bien más preciado, la libertad. En otras palabras, el decreto de detención de la acusada no estaba firmado por el fiscal.

El hecho que podría denominar como un “error procesal”, derivó primero en el “cese” de la intervención del fiscal Palacios en la investigación y a los pocos días en una denuncia ante el tribunal del Jury. Por estas ultimas circunstancias Palacios presentó un escrito el día de la reunión, pero fue desechado por improcedente, ya que ese día martes 28 de diciembre, el tribunal del jury debía solo analizar el contenido de la denuncia y expedirse al respecto y determinar si era o no viable la admisibilidad de dicha acusación, lo que finalmente resultó en esta última.

En el próximo mes de febrero, Palacios, una vez que el tribunal que tendrá como presidenta a la flamante presidente de la corte de Justicia Fernanda Rosales Andreotti, notifique en primer termino al fiscal del Jury, recién podrá realizar el descargo que considere pertinente.

Cabe recordar que el descargo que luego presentó pero que le fue rechazado apuntaba a responsabilizar a la policía y a los Forense del cómo se había llevado adelante la investigación en los primeros momentos. 

Cuando estas afirmaciones se conocieron mediáticamente, el fiscal Palacios las habría negado ante las autoridades policiales manifestando que “él jamás le había dicho algo así a los diarios”, olvidándose quizás el fiscal por su frágil memoria que el mismo lo había argumentado en su descargo.

Hoy a un mes del crimen, las incógnitas del por qué el ex ministro Juan Carlos Rojas fue asesinado de un golpe en la cabeza son muchas. Los investigadores desconocen el motivo de una persona o varias personas hayan querido acabar con su vida. 

¿Acaso el ex ministro conocía algún hecho de gravedad institucional o se negó a hacer un nombramiento? ¿Acaso estaba en otra relación? ¿Acaso, quién lo mató no lo quiso hacer y como se dice vulgarmente, se “le fue la mano”? 

Los interrogantes son muchos y si bien la justicia dice no descartar ninguna línea investigativa lo cierto y concreto es que las pericias ordenadas en los artefactos tecnológicos buscan reforzar el agravante de la “relación de pareja” entre victima y victimario. Situación que de confirmarse, solo confirmaría eso, la relación, continuando en incógnita el porqué, bajo esa teoría, Silvina Nieva lo asesinó y de qué elemento se valió para hacerlo.

A un mes del crimen y a pesar del hermetismo y el espeso misterio que lo rodea lo único cierto es que un funcionario del Poder Ejecutivo de la provincia de una de las carteras más importantes como es la del Ministerio de Desarrollo Social por su rol en la comunidad, fue asesinado de un golpe en la cabeza y la única sospechosa es su ex empleada doméstica con quien habría mantenido una relación sentimental de la cual no muchas de las personas del circulo intimo de Rojas tendrían conocimiento, sin saber los investigadores el porqué lo mató. 

Las piezas sueltas en el rompecabezas continúan siendo muchas.