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Crimen

Autopsia de Lucas González: encontraron una quemadura de cigarrillo en una de sus manos

Según los forenses, la lesión se produjo en momentos cercanos a la muerte: no se encontraron colillas en el vehículo. Para el abogado de la familia, es evidencia de que el futbolista fue torturado.

30 Noviembre de 2021 10.07

El informe final de la autopsia al cuerpo del futbolista Lucas González, baleado por tres agentes de la Policía de la Ciudad el pasado 18 de noviembre en el barrio porteño de Barracas, entregó una novedad inquietante para los investigadores: los peritos hallaron una quemadura de cigarrillo en una de sus manos y se sospecha que pudo haber sido torturado antes de su muerte.

Según informaron los especialistas del Servicio de Tanatología de la Morgue Judicial, se detectó en el dorso de la mano derecha, “a nivel de primer espacio interdigital”, una lesión circular de un centímetro de diámetro, “similar a lo observado en quemaduras”.

De acuerdo al análisis de los forenses, la quemadura se produjo en un momento próximo a la muerte. Fuentes con acceso a la causa investigada por el fiscal Leonel Gómez Barbella confirmaron a este medio que en el Volkswagen Suran azul en el que viajaba la víctima junto a sus amigos no fueron encontrados cigarrillos.

Para el abogado querellante, que representa a la familia Rodríguez, Gregorio Dalbón, es un indicio claro de que Lucas sufrió torturas de parte de los policías Gabriel Isassi, Fabián López y José Nieva, imputados por el delito de homicidio calificado entre otros.

“Van a recibir 50 años de prisión. Esto es gravísimo. En el hospital, la mamá de Lucas me dijo que vio una mancha en una mano. El fiscal (Andrés) Heim pidió que se revisara, que la mamá declaró en su testimonial. Y se confirmó que es eso”, comentó Dalbón a Radio 10.

El informe final de la autopsia confirma que la lesión mortal en el cuerpo de Lucas fue uno de los disparos efectuados por la Policía. La bala entró de frente y por encima de la oreja derecha. Los especialistas explicaron que “el disparo fue efectuado a una distancia mayor a 50 centímetros o existió telón de interposición como puede ser el plano de la ropa”, por ejemplo la gorra que Lucas llevaba puesta. Y provocó una hemorragia intraparenquimatosa generalizada de la masa encefálica, indica el análisis forense.

El proyectil disparado por la Policía tiene una clara trayectoria: de adelante hacia atrás, de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo, lo que puede inferir que el agente que gatilló estaba de pie delante del auto del lado donde estaba sentado Lucas, y provocó la fractura de la base del cráneo en sus huesos esfenoides derecho y frontal bilateral. La masa encefálica padeció laceración y desgarro en ambos hemisferios cerebrales.

“Son lesiones incompatibles con la vida, mortales, dado que le provocan al occiso muerte encefálica”, indica el informe del Servicio de Tanatología de la Morge Judicial, que además remarca que Lucas no llegó a reaccionar al ataque policial: “No se evidencian lesiones de las denominadas del tipo defensivo”.

Respecto del segundo disparo que rozó el cuerpo de González, la autopsia indica que se trata de una “lesión contusa excoriativa” que no entró profundamente en la zona malar derecha: “Esta lesión es similar a las observadas producto del paso tangencial de un proyectil de arma de fuego”.