A horas de cumplir sus 20 años, Joel Moreno recibió una dura condena al ser declarado culpable del delito de robo, doblemente agravado por el uso de arma y por haber provocado lesiones gravísimas en la persona de Martín Barros que, en abril del año 2019, cuando tenía 15 años, fue atacado en un robo por el ahora condenado -de 17 años en aquel momento-, quien para robarle el celular le pegó con una piedra en el rostro. El impacto recibido a la altura del pómulo izquierdo, le provocó a Martín una ceguera irreversible y progresiva.

Actualmente, a tres años del ataque, la víctima solo tiene un 5 por ciento de visión en su ojo derecho. El daño en el nervio óptico es irreversible y las veinte operaciones y tratamientos a los que fue sometido no pudieron devolverle la luz.

La pena, de seis años y seis meses de cumplimiento efectivo fue dictada ayer pasado el mediodía por el juez de la Cámara Criminal Penal Juvenil, Fabricio Gershani Quesada, luego de escuchar los alegatos de las partes. Además de imponerle la condena, el magistrado dispuso su inmediata detención, la que cumplirá por el momento en su domicilio, monitoreado por el servicio penitenciario -es decir, no puede salir del inmueble-, hasta tanto quede firme la sentencia. Los fundamentos del fallo se conocerán en los próximos diez días.

Alegatos 

Tal como estaba previsto, pasadas las 9 de la mañana Gershani Quesada abrió la audiencia en el recinto, se escuchó a la última testigo del juicio que inició el martes, en contra de Joel Moreno, y, luego, las partes expusieron los alegatos. Mientras en el interior del recinto se desarrollaba la audiencia, familiares y amigos de la víctima llegaron al edificio judicial de calle Chacabuco con carteles y una murga, pidiendo, básicamente, justicia para Martín, reflejando con fotografías del rostro del joven, cómo fue su vida desde que sufrió el ataque por parte del ahora condenado.

De manera pacífica y sin insultos, los manifestantes cortaron calle Chacabuco y Junín, extendiéndose la protesta hasta que finalizó el juicio con la condena y el traslado de Moreno - quien llegó en libertad en el patrullero del grupo GAO- a su domicilio, donde permanecerá detenido.

“Es un luchador”

Guillermo Narváez, fiscal penal juvenil, fue el primero en alegar. A líneas generales, mantuvo la acusación y pidió una condena efectiva para el imputado.

Para el fiscal, el condenado mintió en su declaración: “...Tuvo una memoria selectiva. Se acordó que tiró una piedra, pero no a quién, cuando todas las pruebas lo ubican en el lugar del hecho. Hasta la víctima lo reconoció cuando le dijo “qué hacés, soy Martín”, pidiéndole, de esta forma, que cesara su violencia. En otra parte de su exposición, el fiscal señaló: “No mostró arrepentimiento, fue indiferente al proceso. (...)”.

Por otra parte, se dirigió a la víctima, quien luego de declarar como testigo en el inicio del debate, presenció, en la sala, el juicio.

El fiscal dijo que es un luchador, con actitud de superación. Se presentó y recordó lo que le pasó, dio detalles de “cómo otro joven arruinó su vida, sus expectativas, su futuro.” Agregando: “Fue sometido al escarnio, a la burla, a la humillación de la familia del imputado”.

Finalmente, al momento de pedir la pena, Narváez solicitó una condena de siete años de prisión efectiva y que sea inmediatamente trasladado al penal de Miraflores. 

Luego, alegó el abogado del joven, Dr. Orlando del Señor Barrientos, quien se mostró sorprendido por la acusación del fiscal y el monto peticionado de pena, señalando que su asistido es, al igual que muchos chicos, víctima de las drogas.

Asimismo, dijo que “reconoció el hecho, aunque fue solo el juez quien se dio cuenta cuando estaba siendo interrogado en el inicio del juicio”.

Tambien solicitó el cambio de carátula en el hecho, entendiendo que la perdida de la visión en el ojo derecho se “trató de una mala praxis médica”. 

Al momento de referirse a la pena, le pidió al juez Gershani Quesada, que esta sea en suspenso y, en caso de que sea efectiva, que comience a cumplirse una vez que la condena quede firme.

Sentencia

Finalmente, pasado el mediodía, se leyó la sentencia. El juez Fabricio Gershani Quesada lo condeno a 6 años y seis meses de prisión, con una pulsea electronica hasta tanto quede firme la condena.

Al conocerse la sentencia, Martín, que estaba acompañado de su madre en la sala, se quebró en llantos.

Cabe recordar que, al inicio del juicio, el joven, al momento de declarar, dijo que él no quería el juicio, pero sí quería justicia.

Al retirarse del recinto, se abrazó con sus amigos y familiares, quienes se mostraron contentos festejando que “por fin se hizo justicia”.

Video: Silvina Bravo

Disculpas

Luego de escuchar los alegatos de las partes, el imputado, en su última palabra, dijo: “Quiero pedirle mil disculpas, porque le hice daño a un chico que tenía un futuro. Mi papá y mi mamá me criaron bien”.

Sin embargo y, a pesar del pedido del condenado, la madre de Martín no le creyó.

“Ya es tarde, el daño está hecho. Solo quería justicia para mi hijo y hoy tiene justicia. Vamos a seguir acompañándolo como hasta ahora”.