Durante la mañana y las primeras horas de la siesta de este lunes en la sala de la Cámara Penal N°2, el tribunal integrado por los jueces Miguel Ángel Lozano, Silvio Martoccia y Luis Guillamondegui, escuchó los alegatos de las partes y luego dictó sentencia en el debate que tuvo como imputado a un hombre de apellido Ferreyra.

La audiencia se desarrolló a puertas cerradas por tratarse el delito con la integridad sexual y ser la víctima un niño menor de edad.

El fiscal Augusto Barros fue el primero en alegar. Sosteniendo la imputación de abuso sexual con acceso carnal vía oral, el representante del ministerio público solicitó la pena de ochos de cárcel para Ferreyra, quien cabe recordar negó conocer al niño víctima en su declaración en el inicio del debate.

Luego los jueces escucharon a la defensa del ahora condenado Dr. Guillermo Galíndez, quien pidió la absolución para su cliente, básicamente, por el beneficio de la duda, según informaron los voceros Judiciales.

Concluida la ronda de alegatos, los jueces le otorgaron la última palabra a Ferreyra, quien volvió a insistir con su inocencia y se retiraron luego a deliberar.

Cerca de las 14:30 horas los jueces volvieron a constituirse en el recinto y dieron a conocer el veredicto.

Por la mayoría, con los votos de los jueces Silvio Martoccia y Miguel Ángel Lozano, Ferreyra fue declarado culpable del delito de abuso sexual con acceso carnal vía anal y lo condenaron a la pena de siete años de prisión. En tanto, el juez Luis Guillamondegui lo declaró culpable del delito referido pero en grado de tentativa, y le impuso una pena de seis años de prisión.

Finalizada la lectura, Ferreyra fue nuevamente conducido por el personal del penal a Miraflores, donde cumplirá la condena dictada en el fallo por mayoría del tribunal de la Cámara Penal N°2.

Brevemente, el hecho por el que Ferreyra pasará los próximos años tras las rejas ocurrió en enero del año pasado en el departamento Santa Rosa. La víctima tenía 12 años y regresaba de jugar al fútbol cuando fue sorprendido por el depravado, quien le tapó la boca y bajo amenazas lo sometió a sus bajos instintos.