La recepcionista de un hotel de Villa Gesell que está ubicado en la misma cuadra del boliche Le Brique, en cuya puerta mataron a golpes a Fernando Báez Sosa en enero de 2020, declaró que escuchó a uno de los agresores decir le rompí toda la jeta, viste y le llené la jeta de sangre, mientras el grupo de jóvenes pasaba frete a ella riendo, festejando entre ellos, todos.
Exaltados, contentísimos y felices: la descripción de la actitud de los rugbiers tras el ataque a Báez Sosa
Todos se sentían partícipes de ese festejo, aseguró Andrea Ranno al declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, y agregó que los rugbiers venían muy exaltados, muy contentos, contentísimos y felices.
En un tramo de su declaración, cuando reprodujo los textuales del agresor al que escuchó, la testigo miró a los padres de Fernando sentados en la sala y les pidió perdón.
La madrugada del crimen, el 18 de enero de 2020, Ranno estaba en su puesto en el hotel Inti Huasi, ubicado a media cuadra de Le Brique. Según dijo, minutos después del ataque a Báez Sosa vio pasar a al menos ocho rugbiers, por lo que cuando llegó el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones habló con la policía.
A Máximo Thomsen la testigo lo vio sacado
Ranno comprometió a Máximo Thomsen al dar características que coinciden con él la noche del crimen. Dijo que uno tenía una camisa negra rota, el cabello revuelto que caminaba adelante y de manera desaforada, con los puños cerrado y la cabeza baja, sacado.
Al principio, Ranno pensó que el grupo quería atacar a Thomsen, pero luego se dio cuenta de que venían festejando porque todos habían participado de la pelea. Venían festejando esa secuencia.
Al salir del tribunal, Ranno dijo que les pidió disculpas a los papás de Báez Sosa porque contar cómo los agresores lo mataron es como volver a matar al hijo delante de ellos.