Miguel Romero comenzó a ser juzgado desde hoy en la Cámara Penal N° 1 por el delito de Homicidio culposo.

Abierto el debate que se desarrolla bajo la modalidad de unipersonal, a cargo del juez Rodolfo Moreno, por secretaría se dio lectura a la citación a juicio y el imputado se sentó ante el estrado y dio su versión del siniestro fatal, ocurrido el 6 de diciembre del 2020 en la Ruta 60 en Tinogasta, en el que perdiera la vida Érica Yanina Coria.

Romero recordó que había ingerido media botella de vino antes de conducir el automóvil Sedan por la mencionada ruta cuando, al llegar a la altura del kilómetro 1327 sintió un fuerte impacto en el parabrisas del rodado, siendo lo último que recordaba del hecho, según expresó en la sala.

Luego, se escuchó a la madre y a la hermana de Érica, que circulaban junto a la víctima, quien se trasladaba en una moto tipo 110 cc, en igual sentido de circulación que el automóvil conducido por el imputado.

Las testigos recordaron el siniestro y fueron coincidentes en señalar que el auto iba a gran velocidad. También indicaron que la víctima iba conduciendo bien, momentos previos al siniestro “por su mano”, pero que “no tenía el casco de uso obligatorio”.

Concluido los testigos, el juicio pasó a un cuarto intermedio para mañana, cuando se escuchará el alegato del fiscal Alejandro Dalla Lasta y los de las demás partes del proceso.

El hecho

Según la citación a juicio, Romero conducía el automóvil con 1.20 de alcohol en la sangre, es decir, en estado de embriaguez, cuando embistió desde atrás la moto en la que iba la víctima, que circulaba en igual sentido. Tras el impacto, Coria cayó a un costado de la ruta y el imputado continuó su marcha, dejándola abandonada y gravemente herida, lesiones que a las 23:20, aproximadamente, le causaron la muerte.

En su huida, el imputado llevó arrastrando la moto por casi tres kilómetros desde el lugar del siniestro para abandonarla luego en un barrio alejado y dirigirse a su casa donde finalmente fue detenido por la policía.