Ayer se concretó en ámbitos de la Cámara Penal N°1 la segunda audiencia del juicio que se sigue en contra de los imputados Gabriel Agüero y Emmanuel Leiva, por los delitos de rapto y abuso sexual con acceso carnal, en perjuicio de una joven de 20 años, a quien en el año 2018 la citaron bajo la promesa de trabajo y la sometieron sexualmente.
Tal como estaba previsto, ante el tribunal declararon la víctima y su madre. Según trascendió, ya que la audiencia se realiza a puertas cerradas, por tratarse el delito que se ventila de índole sexual, las declaraciones se extendieron durante la mañana, estando el testimonio de la víctima muy cargado de angustia y dolor.
En líneas generales, la joven, quien es madre de dos pequeños niños, ratificó la denuncia que realizó en el 2018 y acusó a Agüero y Leiva de haberla sometido sexualmente en reiteradas oportunidades, alcoholizarla y hasta mantenerla cautiva en la habitación de una vivienda, propiedad de uno de los imputados.
La joven recordó, en unos pasajes de su declaración, detalles de cómo fue contactada por los ahora imputados, aunque señaló también que el teléfono celular al que la habían llamado para concretar la entrevista de trabajo se “perdió” cuando fue llevada a la Maternidad Provincial, tras ser rescatada por la Policía de la vivienda del barrio Inta en Valle Viejo, donde la habían llevado con engaños. A lo largo de su declaración, esta debió interrumpirse en más de una oportunidad, ya que la joven se quebraba en llanto al recordar el calvario que le tocó vivir y que, según aseguró, sigue viviendo en la actualidad. Los imputados permanecieron sentados durante toda la declaración junto a sus abogados defensores, señalando las fuentes consultadas que ninguno de los dos “la miró” en ningún momento de su exposición. “Estaban con la cabeza gacha”, señalaron. Seguidamente, previo a un cuarto intermedio, la madre de la joven víctima se sentó ante el estrado. La mujer, quien lloró en casi todo su relato, contó en la sala, básicamente cómo cambió su hija desde que fue víctima del abuso. La mujer la describió como una persona muy distinta a quien era antes del hecho, que siempre está triste, que en más de una oportunidad tuvo que ser asistida y hasta hospitalizada en el ex Humaraya, que siente miedo y hasta presenta dificultad para conciliar el sueño. El daño descrito por la madre en la salud de su hija es de extrema gravedad, al punto de que señaló que a veces su hija, la víctima, se orina en la cama, signo inequívoco de un trauma de índole sexual. Luego de escuchar a la víctima y a su madre, el tribunal pasó a un cuarto intermedio para hoy a las 8:30 de la mañana, convocando a declarar a ocho testigos, entre los que se resalta la presencia del exnovio de la víctima, a quien la joven le pidió ayuda cuando la encerraron en la habitación, luego de haberla sometido sexualmente en reiteradas oportunidades.
En paralelo a las declaraciones de las testigos, en las afueras de la Cámara Penal, familiares e integrantes de agrupaciones de izquierda acompañaron a la joven, por lo que el tránsito vehicular en calle San Martín y Ayacucho y Junín y Chacabuco, tuvo que ser cortado por la Policía. Si bien, todo parecía desarrollarse con normalidad, la Policía debió solicitar refuerzo cuando, en un momento determinado, un grupo de manifestantes intentó avasallar a los uniformados y derribar las vallas colocadas sobre calle San Martín, esquina Junín, con el propósito de acercarse al edificio judicial.
