En las últimas horas, se conoció de forma oficial que el informe médico practicado en las dos hermanas que fueron rescatadas por la policía y la justicia de la casa en la que convivían junto a su madre, una tía y su abuela materna, porque supuestamente estaban siendo víctimas de diversas prácticas sexuales, descartó lesiones compatibles con abuso sexual en las dos menores.
Desde la fiscalía de Violencia Familiar y de Género, donde se lleva adelante la investigación penal preparatoria, aguardan que las profesionales del cuerpo interdisciplinario forense que evaluaron y asisten a las dos hermanas se les autorice el poder tomarle declaración en Cámara Gesell.
Cabe recordar que el jueves 31 de octubre la vicedirectora de la escuela a la que concurrían las niñas denunció ante la justicia que una de ellas, le había contado a la preceptora que su familia la obligaba a ella y a su hermana a desnudarse para luego atarlas a unas sillas en donde supuestamente las tocaban, filmaban y tomaban imágenes a cambio de dinero.
El sábado 9 de noviembre, la fiscal ordenó allanar el domicilio donde convivían las niñas junto a su familia, secuestraron elementos y las rescataron quedando desde entonces al cuidado del Estado.
La justicia espera poder seguir avanzando en la investigación con pericias tecnológicas pendientes en los teléfonos celulares secuestrados a la madre y a la abuela de las víctimas, como así también se encuentra a la expectativa de que las profesionales que evaluaron y asisten a las niñas las autoricen, una vez que su estado de salud mental así lo permitan, contar en Cámara Gesell lo que vivían en la casa donde convivían con su madre, un tía y su abuela, personas encargadas de sus guarda.
Voceros Judiciales comentaron a LA UNIÓN, que a casi una semana de que el hecho se confirmara tal cual se detalla en la denuncia de la docente sería muy grave, las familiares de las niñas continúan siendo sospechosas para la justicia, por lo que las víctimas siguen institucionalizadas sin mantener contacto con sus familiares.
