Una escena de desesperación y angustia se vivió en la Comisaría Cuarta cuando, en plena jornada de trabajo, una pareja irrumpió en la guardia pidiendo auxilio para su hija recién nacida. Los padres, visiblemente alterados, explicaron que la beba se había broncoaspirado con leche materna pocos minutos antes y que no reaccionaba, por lo que necesitaban asistencia inmediata.
Según informaron fuentes policiales, el incidente ocurrió en cuestión de segundos y obligó a los efectivos presentes a activar rápidamente un protocolo de emergencia. El primero en intervenir fue el agente de Policía Víctor González, quien al recibir a la niña comprobó que presentaba dificultades respiratorias compatibles con un cuadro de broncoaspiración, una situación crítica que puede comprometer de manera severa las vías aéreas de un recién nacido.
Con experiencia en primeros auxilios, González inició maniobras de Heimlich adaptadas para lactantes, una técnica que consiste en aplicar leves compresiones en la espalda y el tórax para intentar desobstruir las vías respiratorias. Mientras realizaba el procedimiento, los padres aguardaban en estado de profunda preocupación, a la espera de alguna señal de mejoría.
Ante la urgencia del caso y la necesidad de un traslado inmediato a un centro de salud, el agente González se dirigió junto al sargento Jairo Moya —chofer de la unidad móvil— hacia el patrullero estacionado en el exterior de la comisaría. Allí entregaron a la beba a la agente Ana Leiva, quien continuó con las maniobras de auxilio durante el trayecto.
Los uniformados trasladaron a la niña en "clave roja", una categoría que indica máxima prioridad y riesgo vital. El vehículo policial se dirigió directamente al Hospital de Niños Eva Perón, donde el equipo médico de guardia ya estaba alertado sobre la llegada de la paciente. Durante el recorrido, Leiva sostuvo a la beba en brazos mientras aplicaba maniobras de estimulación y controlaba su respiración, logrando estabilizarla gradualmente.
Al arribar al centro asistencial, la bebé fue recibida por profesionales que de inmediato realizaron una evaluación clínica completa. Tras varios minutos de atención, los médicos informaron a los policías y a la familia que la niña se encontraba fuera de peligro, una noticia que trajo alivio a todos los presentes.
El episodio puso en valor la importancia de la capacitación en primeros auxilios dentro de las fuerzas de seguridad, especialmente en casos que involucran a bebés o niños pequeños, donde cada segundo es determinante. La rápida intervención de los agentes permitió mantener abierta la vía respiratoria de la menor y asegurar su traslado a tiempo, evitando un desenlace trágico.
Vecinos y autoridades destacaron el compromiso y la profesionalidad del personal de la Comisaría Cuarta, quienes actuaron con celeridad y precisión ante una emergencia que se desarrolló de manera inesperada y en un contexto donde no había margen para la duda. La coordinación entre González, Moya y Leiva resultó clave para salvar la vida de la recién nacida.
El caso también reaviva la necesidad de difundir técnicas básicas de primeros auxilios entre la población, en especial para familias con bebés. La broncoaspiración es una de las principales causas de emergencia en lactantes y su atención temprana puede marcar una diferencia crucial.
Gracias al rápido accionar policial y al trabajo posterior del equipo médico del Hospital de Niños Eva Perón, la beba se recupera favorablemente y continúa bajo observación, mientras sus padres reconocieron públicamente la labor de los agentes que, en el momento más crítico, estuvieron donde se los necesitaba.