Federico Barrionuevo tiene 26 años y denunció ayer a la madrugada, en la Unidad Judicial N° 4 haber sido víctima de un secuestro exprés.
La víctima fue golpeada y amenazada de muerte por sus captores. En la denuncia no hizo constar que estas personas le hayan sustraído algún tipo de elemento o bien le hayan pedido dinero a cambio de dejarlo en libertad. Sin embargo, resaltó que fue abordado minutos antes de las 14.00 horas, en la zona sudoeste de la Capital y liberado recién a la madrugada, en inmediaciones a la rotonda de La Aguada.
El grave hecho, que se suma al denunciado el domingo a la noche, por un joven en Valle Viejo, -quien también dijo haber sido “levantado” por desconocidos y subido a un automóvil contra su voluntad, donde fue golpeado- alertó a la Policía y a la Justicia, quienes se encuentran abocadas a la investigación en procura de determinar qué fue lo que sucedió.
LA UNIÓN tuvo acceso a la denuncia de Barrionuevo. En la presentación, efectuada aproximadamente a las tres de la madrugada, el joven contó que a las 13.40 aproximadamente del día lunes, descendió de un colectivo en la esquina de la Comisaría Sexta, en Avenida Ahumada y Barros y caminó un par de cuadras para dirigirse a la casa de su abuelo, ya que él se domicilia en la zona norte de la ciudad.
Ahora bien, siempre continuando con el relato de Barrionuevo, mientras caminaba, fue abordado desde atrás por desconocidos -a quienes no pudo ver- y le colocaron una capucha en la cabeza y lo obligaron a subir a un automóvil, en el que iban otras personas, lo que dedujo al escuchar otras voces.
Al subirlo al vehículo, este se puso en movimiento de inmediato y estas personas comenzaron a amenazarlo con matarlo, propinándole golpes en la zona costal y piernas.
Si bien, el denunciante manifestó que en todo momento lo tuvieron con el rostro cubierto y refirió que en ningún momento el auto se detuvo por tiempos prolongados. Recién al momento de abandonarlo, ya en horas de la madrugada de ayer, el auto se detuvo y tras quitarle la capucha, lo empujaron desde el auto, dejándolo abandonado en la rotonda de La Aguada.
Siempre según sus dichos, al verse libre, el joven corrió hasta la Comisaría Cuarta, donde llegó asustado a la guardia, pidiendo auxilio. Seguidamente, los efectivos lo trasladaron en la patrulla a la unidad judicial donde, finalmente, realizó la denuncia correspondiente.
