Mientras la línea investigativa que tiene imputada e indagada a Silvina Nieva como autora del homicidio del exministro Juan Carlos Rojas, parece perder fuerza, ayer la Justicia volvió a retomar la línea investigativa que pone  bajo la lupa de sospecha a Fernando Rojas, hijo del funcionario asesinado. Cabe indicar que actualmente a más de seis meses del crimen, Fernando sigue sin ser aceptado por la fiscalía como parte querellante en el expediente, si bien están constituidas como tales, prácticamente desde el inicio de la causa, sus hermanas Mónica y Natalia Rojas.

LA UNIÓN pudo saber que, pasadas las 10:00 de la mañana, una comisión integrada por personal de la fiscalía de Quinta Nominación -secretario y empleado-, el delegado judicial del precinto séptimo, Dr. Juan Pablo Cangi, el ingeniero del Laboratorio Satélite del Poder Judicial de la provincia, personal de Criminalística y de la División Homicidios de la Policía Federal se hicieron presentes en las instalaciones de la concesionaria Toyota, que funciona sobre avenida Alem al 300, y materializaron una inspección ocular, bajo las directivas del fiscal Hugo Costilla.

La medida judicial sorprendió a los empleados, compañeros de trabajo de Fernando Rojas, quienes en algunos casos debieron responder a preguntas de los investigadores.

Según trascendió de voceros de la causa, los investigadores revisaron y plasmaron en el expediente todas las salidas visibles y no visibles que tiene la concesionaria, por las que Fernando podría haber salido sin que nadie se percatara de su ausencia. También, revisaron y "ubicaron" en la escena todas y cada una de las cámaras de seguridad con las que cuenta la concesionaria, tanto en el interior del salón de venta como en el exterior. En este punto, se supo, que el ingeniero de informática del laboratorio le habría preguntado al técnico encargado de las cámaras de Toyota si Fernando podía alterar las imágenes de estas. Así también le solicitaron al personal copia del contenido de las grabaciones de los días previos, durante y posteriores al homicidio de Rojitas. Trascendió que el pedido causó molestia en las partes, quienes les habrían respondido por qué recién seis meses después van a buscar dichas cámaras. Además, le recordaron que, a días de conocerse el crimen del exfuncionario, fue el propio Fernando Rojas quien puso a disposición de la investigación el contenido de dichas cámaras de seguridad. Según trascendió, los investigadores habrían manifestado en esta oportunidad que el "material" entregado por Fernando "estaba incompleto".

Otra medida que llevaron adelante los investigadores en la mañana de ayer en la concesionaria Toyota fue la de calcular o tomar el tiempo de demora que a una persona -claramente Fernando- le llevaría dirigirse desde la concesionaria a la casa del exministro asesinado.

El personal del lugar se mostró molesto por el accionar de los funcionarios judiciales, quienes según indicaron fueron muy prepotentes al momento de informar el motivo de su presencia y al realizar las medidas judiciales correspondientes.

Finalizado el trabajo en la concesionaria de vehículos, el personal judicial se retiró. Según se pudo saber, ni la parte querellante, ni la defensa de la única imputada, Nieva, habrían sido notificados de la medida por el fiscal Costilla .