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La mujer que pateó a una anciana no irá presa: enterate por qué

La mujer había sido filmada mientras agredía a una mujer de 100 años que padece demencia senil.

27 Octubre de 2021 17.10

María Laura Chodilef, la mujer de 51 años que fue filmada mientras golpeaba y pateaba a una mujer de 100 años que padece demencia senil y a la que tenía que cuidar, no está detenida y tampoco lo estará. ¿La razón? El delito por el que fue acusada no contempla una pena en expectativa que sea de cumplimiento efectivo en prisión.

Según revelaron fuentes de la investigación, resulta muy difícil que la calificación de la causa que enfrenta Chodilef pueda cambiar a una que tenga un castigo más severo. Por el momento, la cuidadora fue acusada por la titular de la UFI Temática Nº6 de Bariloche, Silvia Paolini, por el delito de lesiones leves agravado por alevosía.

De acuerdo con el Código Penal, en caso de que la Justicia encuentre a la sospechosa culpable de los delitos que se le imputan, la pena máxima sería de dos años. Cualquier condena menor de tres años no es de cumplimiento efectivo en prisión y, durante la instrucción, le permite al acusado esperar el juicio en libertad.

El maltrato que sufría Zulma Serón de Blanco, de 100 años, recién se hizo evidente en agosto de este año, cuando la familia de la anciana que sufre demencia senil notó comportamientos preocupantes y sospechó que algo podría ocurrir en su casa, cuando estaba bajo la guarda de las cuidadoras.

La nieta de Zulma, Micaela, se puso en alerta un día cuando quiso ir a darle un beso a su abuela: la mujer se cubrió la cara como si intentara evitar que la golpeen. Por la enfermedad que padece la anciana, no era capaz de relatar lo que sucedía con Chodilef cuando se encontraban a solas dentro de la casa con ella y le pegaba, básicamente, porque no lo recordaba.

Así, los hijos de Zulma, Gerardo y Viviana, decidieron instalar una cámara oculta en el living de la casa para ver qué ocurría cuando su madre quedaba a solas con las cuidadoras. Sólo el primer día de grabaciones, el 24 de agosto pasado, los dejó en shock: vieron cómo Chodilef golpeaba y torturaba a Zulma.

En el video pudieron ver cómo la cuidadora le daba patadas en las piernas, la zamarreaba para trasladarla, le aplicaba golpes de puño en la nuca y en la espalda, y hasta llegó a rociarle alcohol en los ojos.

Los hijos de Zulma enseguida hicieron la denuncia y la Justicia solicitó que la abuela golpeada fuera sometida a una serie de exámenes con un médico perito forense, quien pudiera constatar la gravedad de las heridas. Sin embargo, esos análisis no reflejaron ninguna lesión grave que pudiera cambiar el delito por el que se acusa a Chodilef.

Según se pudo averiguar, Zulma se sometió a una tomografía en la zona cervical de la columna que arrojó que no tiene lesiones de consideración. Además, la herida en la pierna que se viralizó junto al video fue considerada por los especialistas como una lesión más propia de la edad.

El juez de garantías Sergio Pichetto le concedió a la fiscal Paolini el pedido de apertura de una investigación de cuatro meses. En febrero se realizará la acusación formal y se espera que recién entonces pueda establecerse la fecha de un juicio.

Una de los temores de la fiscalía radica en que la defensa de Chodilef pueda pedir la nulidad del video grabado por la familia como prueba, debido a la viralización del mismo en los medios de comunicación.

Es por eso que en el transcurso de los próximos meses se realizarán entrevistas y otro tipo de recolección de pruebas con el objetivo de poder reforzar la acusación contra la cuidadora.

A su vez, en la cita de febrero, la fiscalía solicitará como pauta de conducta la imposibilidad de que Chodilef ejerza el cuidado doméstico de otras personas. El problema con la interrupción de la actividad radicaba en que la cuidadora no contaba con un título como enfermera o alguna profesión con una matrícula establecida. “Simplemente era un arreglo privado entre una ciudadana común y una familia, para que cuide a una adulta mayor en su propia casa”, afirmó una fuente cercana a la investigación.

La familia Blanco y Chodilef no volvieron a comunicarse. La cuidadora se abstuvo de declarar tras ser notificada de la acusación y, desde lo sucedido, no volvió a ejercer en el cuidado doméstico de terceros.