El bebé luchó por su vida durante 50 días, hasta que finalmente su pequeño cuerpo no resistió y falleció: tenía 10 meses y se había ahogado en una bañera mientras estaba al cuidado de su niñera.
Estaba internado en terapia intensiva con “lesiones cerebrales severas” y la niñera de 41 años está detenida.
El hecho ocurrió el 9 de junio, en un departamento ubicado en Barrio Norte, en la ciudad de Tucumán. Los padres de la víctima habían contratado a Graciela Margarita Parientes en febrero, para cuidar a su bebé mientras ellos estaban trabajando. Venía recomendada por un compañero de trabajo del papá del bebé, las reseñas eran positivas, por lo que parecía que no había nada de que preocuparse.
Hasta aquél trágico día: el único pedido que le hicieron fue que no bañara al bebé. Era algo que les gustaba hacer exclusivamente a los padres porque les daba más seguridad. Sin embargo, la cuidadora hizo oídos sordos a esta petición.
La fiscal Andrea Carlino, a cargo de la investigación, explicó que después de colocar al bebé en la bañera, la acusada se fue del baño y lo dejó solo. Al regresar, se encontró con el menor sumergido en el agua. Un vecino testigo del hecho relató que escuchó gritos y asistió a la niñera. Después, el portero llevó al bebé al hospital Néstor Kirchner. Allí lo atendieron tres médicos, quienes durante 18 minutos le hicieron tareas de reanimación porque vieron que no tenía signos vitales.
Cuando lograron reanimarlo, lo derivaron al Hospital de Niños, donde le diagnosticaron lesiones cerebrales severas que serían irreversibles. No obstante, después de luchar por su vida durante 50 días, el chiquito murió.
Tras el hecho, la Justicia procesó con prisión preventiva a la mujer de 41 años, acusada del delito de abandono agravado de persona y lesiones gravísimas. Sin embargo, la situación procesal de la niñera se complicaría a raíz del fallecimiento del bebé, y su carátula podría cambiar, al igual que su condena.