Habló de dos hematomas, uno subdural y el otro en el tronco del cráneo, que desencadenaron en la muerte de Pachao. Hoy el debate continuará con más testigos. El día lunes, el diputado nacional Rubén Manzi declarará ante el tribunal.

Se trata de Carlos Vega Ramírez, médico especialista en medicina legal, que participó en la operación de autopsia realizada al joven Diego Pachao, que murió luego de haber estado arrestado en la Comisaría Séptima en marzo de 2012.

El testigo fue el primero en deponer ante el Tribunal de la Cámara Penal N° 2 hoy en la séptima audiencia de debate, que tiene en el banquillo a los policías Gustavo Eduardo Bulacios, Ricardo Darío Barrera, Ricardo Javier Varela, Jorge Duilio Montivero, Claudio Yani Nieva y el sub comisario Ramón Ariel Quevedo, por los supuestos delitos de vejaciones e incumplimiento a los deberes de funcionario público.

Vega Ramírez comenzó su relato indicando a preguntas de la fiscalía, que la lesión que presentaba Pachao eran “lesiones cerebrales traumáticas”, la que “podría estar vinculada con una lesión en la parte fronto temporal izquierdo” -en el cráneo- que se ubicaba del mismo lado en el que había producido la hemorragia que desencadenó en el hematoma subdural, la que junto a la hemorragia en el tronco del cráneo desencadenaron en su muerte.

Dicha lesión, es decir, la del parietal izquierdo supuestamente se la habría provocado el propio Diego, según lo declarado por su madre Claudia Véliz en la segunda audiencia del juicio, donde ante las partes recordó que una semana antes a que su hijo fuera detenido por la policía le habían robado dinero en la calle, desconociendo quiénes eran los autores, según aseguró al tribunal, oportunidad en la que Diego cayó al suelo y se golpeó la cabeza, sufriendo dicha lesión, por lo que debieron practicarle dos o tres puntos de sutura.

El profesional respondió también que, con base en la historia clínica, Diego Pachao había ingresado prácticamente en estado de coma al hospital San Juan Bautista, la noche del domingo 11 de marzo.

A lo largo de su declaración, el médico intentó evacuar las dudas e interrogantes de las partes, en cuanto a la lesión que provocó la muerte del joven y la mecánica de esta, expresando en más de una oportunidad el legista que el paciente en custodia sufrió dos hematomas en la zona de la cabeza, de origen traumático. 

En otro pasaje de la declaración el testigo, al volver a referirse -por preguntas de las partes- sobre la herida traumática que presentaba en la parte fronto temporal izquierdo, dijo que “la misma tenía una evolución de siete días”. Agregando a una pregunta formulada por el abogado Marcos Gandini, defensa del oficial Bulacios, que “la lesión tenía posibilidad de ser causa-efecto”. Es decir, que la lesión en la parte fronto temporal izquierdo “podría ser la causa de uno de los hematomas subdural que presentaba la víctima”, lesión que sumada a la del tronco cerebral, como ya fue manifestado por los demás médicos que declararon en las distintas audiencias, habrían desencadenado en el fallecimiento del joven.

Por otra parte, el médico respondió que al examinar el cuerpo completo de la víctima al momento de la autopsia “no encontró ninguna otra lesión, salvo las excoriaciones en el brazo y la clavícula (...)”.

Seguidamente, en el recinto declararon otros tres policías, el comisario Méndez, que era el jefe de la Comisaría Séptima en aquel entonces, que hablo básicamente del funcionamiento de la comisaría y la carencia de personal que por ese entonces tenía la dependencia en cuanto al personal, señalando en relación al caso que el día 12 de Marzo la madre de Pachao quería hablar con él, porque supuestamente ella sabía quiénes le habían pegado a su hijo, pero cuando fue a verla a su casa, tras pedir autorización a su superior, la Comisario Montalván, quien declaró a renglón siguiente, “la madre ya no quiso hablar”.

Por su parte, la comisaria Montalván, explicó el funcionamiento de las comisarías y cuál era la función que debía cumplir cada superior de turno, señalando que el jefe de la comisaría debía concurrir a la dependencia y que no “era una guardia pasiva”.