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Caso Generación Zoe

Prisión preventiva para Cositorto por 176 estafas

También quedaron tras las rejas otros 14 acusados, entre ellos Batista y el contador Norman Próspero.

23 Mayo de 2022 15.28

Hoy por la mañana, la fiscal cordobesa Juliana Companys dictó la prisión preventiva para Leonardo Cositorto, el líder de Generación Zoe al que llevó a la cárcel por supuestamente llevar a cabo la mayor estafa de la historia reciente. Lo acusó de 176 hechos de estafa en Villa María, su jurisdicción, así como ser el jefe de la asociación ilícita, según confirmaron fuentes del caso.

En Villa María, Zoe montó su mayor oficina en el interior del país, con más de 20 empleados dedicados a captar y procesar dinero, así como el proyecto de montar su propio club de fútbol, Zoe Athletic Club.

 

Días más felices: Cositorto en 2021, en plena promoción para captar víctimas en Generación Zoe.

Cositorto en 2021.

 

La prisión preventiva también incluye a Maximiliano Batista, número 2 de Zoe, Claudio Álvarez -jefe de Zoe en Córdoba y uno de los mayores reclutadores de víctimas a nivel nacional-, Silvia Fermani -madre de Álvarez, coach ontológica y reclutadora- y Agustín Pereno, un joven que se autodenominada trader en criptomonedas y que operaba en la oficina de Zoe en Villa María.

 

El contador Norman Próspero también recibió la prisión preventiva, aunque solo fue acusado de ser parte de la asociación ilícita, no de los hechos de estafa.

Hay otros seis acusados vinculados a la oficina de Córdoba que siguen vinculados a la causa pero permanecerán en libertad. Quedan dos prófugos por encontrar: el ex juez Héctor Yrimia, uno de los más altos directivos de Zoe y una pieza clave en la oficina porteña -hoy supuestamente en Dubai- y Miguel Ángel Echegaray, mano derecha de Cositorto, coach ontológico y el encargado de llevar su dinero, que habría depositado en sus cuentas más de 180 millones de pesos y 65 mil dólares.

 

La decisión es un claro revés para la estrategia de defensa de Cositorto y Batista, comandada por Miguel Ángel Pierri, que semanas atrás buscaba que Cositorto fuera acusado no en Córdoba, sino en el fuero federal porteño, donde el juez Ariel Lijo encabeza una causa para intentar dilucidar un posible lavado de dinero, con más de una decena de allanamientos a objetivos del conglomerado como su hamburguesería abandonada en Olivos.

Cositorto intentó desligarse en su indagatoria del mes pasado de la trama de Villa María, aseguró que no había firmado papeles, entre otros dichos. Sin embargo, se mostró varias veces en redes sociales con Claudio Álvarez, el líder local, que involucró a varios miembros de su familia y que en noviembre de 2021, antes de la debacle del conglomerado, formó una empresa dedicada al negocio inmobiliario. También, llegó a comprar dos BMW, cuando antes tenía “un kiosko de fotocopias”, según Cositorto mismo.

En un video junto a Cositorto, Álvarez celebró la compra de uno de sus BMW, al que definía como un “sueño” que tenía de fondo de pantalla en la computadora. “¡Corazón millonario!”, lo celebraba el líder, que lo llamaba “Claudito”. El auto  habría sido comprado usado a un hombre en Villa Carlos Paz. Cositorto en su indagatoria aseguró: “Yo de Córdoba no vi un peso”.

Fermani y Cositorto.Fermani y Cositorto.

 

Fermani, la madre de Álvarez, ex vendedora de suplementos dietarios y “oradora especialista en motivación”, según ella misma, posaba con él en fotos, viajaba a provincias como Neuquén para montar nuevos grupos, organizaba desayunos para “mujeres líderes” en su provincia. Se mostraba siempre con merchandising de Zoe: una gorra del grupo, hasta hacía posar a mujeres agitando la bandera de la organización. Fuentes cercanas a la causa hablan de un salto cuántico en bienestar. Silvia supuestamente pasó de conducir un viejo autito a un BMW X6.

En Villa María se vendieron algunos de los planes más descabellados de Zoe. Álvarez supuestamente ofreció el “pin emperador”, comprado por un dentista local, donde se le prometía que accedería a un “diez por ciento de las ganancias globales de Zoe”, asegura un investigador del caso. Es decir, si otras nueve personas lo compraban, esas diez personas se quedarían con todas las ganancias del grupo.