La Base Naval Puerto Belgrano, en Punta Alta (partido de Coronel Rosales), fue escenario de un trágico episodio que sacudió al Ejército Argentino. El teniente Ignacio Emmanuel Olivera, perteneciente a la Compañía de Comandos 603 —una unidad de élite con asiento en Bahía Blanca—, falleció en plena jornada de instrucción militar. El hecho ocurrió el 30 de abril y ha sido catalogado oficialmente como "muerte dudosa", quedando bajo investigación de la Justicia Federal.
El oficial, de destacada formación y vasta experiencia táctica, lideraba un ejercicio de entrenamiento en el campo de instrucción "Baterías", perteneciente a la Armada Argentina. Allí, en un entorno donde se evaluaban respuestas técnicas a situaciones simuladas, Olivera se descompensó repentinamente, sin que se hubiera registrado previamente algún signo de malestar.
Un comando con alta formación profesional y una carrera intachable
Ignacio Emmanuel Olivera no era un militar más. Contaba con aptitudes especiales como comando, paracaidista y asalto aéreo, lo que lo posicionaba como uno de los cuadros más preparados dentro del Ejército Argentino. Era jefe de oficiales y suboficiales, con un rol clave en la formación de nuevas camadas de militares especializados.
Testimonios de testigos aseguran que, minutos antes de desvanecerse, el teniente conversaba normalmente con superiores y subalternos, sin dar señales de fatiga. La actividad del día tampoco incluía esfuerzos físicos extremos: se trataba de una pista de instrucción con pruebas técnicas. Fue en el penúltimo punto del recorrido, durante un momento de descanso, que Olivera expresó sentirse mal.
Ante la alerta, se activó el protocolo de evacuación inmediata, y el oficial fue trasladado en ambulancia al centro de salud más próximo. Según fuentes del Ejército, habría sufrido un paro cardiorrespiratorio. A pesar de los esfuerzos de reanimación, su fallecimiento fue confirmado a las 6:30 de la mañana.
Repercusiones en las Fuerzas Armadas y en su provincia natal
El fallecimiento del teniente Olivera generó un profundo pesar en el ámbito militar. A través de un comunicado oficial, el Ejército Argentino manifestó su solidaridad con la familia y aseguró estar a disposición de la Justicia Federal, que ya comenzó una investigación para esclarecer las causas del deceso.
La vicepresidenta Victoria Villarruel expresó sus condolencias en redes sociales:
"Acompaño en el dolor a sus seres queridos y al Ejército que lamenta la pérdida de un camarada. QEPD TT Olivera".
Desde su pueblo natal, San José del Boquerón (Santiago del Estero), también hubo muestras de afecto y duelo. Su hermana, Nancy Olivera —médica del Hospital de Monte Quemado—, lo despidió con un emotivo mensaje en redes sociales destacando su "pasión, esfuerzo y perseverancia".
Olivera, además de militar, era esposo y padre. Su pareja solicitó que el rezo del responso se realice junto a sus compañeros de la Compañía de Comandos 603. Luego, sus restos serán trasladados a su provincia para el velatorio.
La justicia investiga el caso como "muerte dudosa"
Tras el trágico episodio, el Ejército comunicó que iniciará actuaciones administrativas de rigor para establecer las condiciones del fallecimiento. Paralelamente, la causa penal quedó a cargo del Juzgado Federal N°1, bajo la responsabilidad del secretario penal Ivo Krasnopol Ceballos. La carátula inicial es "muerte dudosa", un encuadre legal que permite investigar todas las hipótesis posibles, desde causas naturales hasta negligencias u omisiones institucionales.
Un llamado a revisar los protocolos de salud y seguridad en las fuerzas armadas
El fallecimiento del teniente Ignacio Olivera abre un debate sobre las condiciones de salud, monitoreo y prevención en actividades militares, incluso cuando estas no implican esfuerzos físicos extremos. La tragedia expone la necesidad de reforzar los controles médicos periódicos y la evaluación de riesgo, especialmente entre los cuadros de élite.
En tanto la investigación avanza, las Fuerzas Armadas atraviesan un momento de duelo institucional y reflexión. La memoria de Olivera, un oficial de alta entrega y compromiso con su función, se mantiene viva entre camaradas, familiares y ciudadanos que hoy exigen respuestas claras y medidas preventivas más eficaces.