La fuga de tres presos de alta peligrosidad en Chile encendió las alarmas en la región y puso en estado de alerta a la Policía de Mendoza por la posibilidad de que intenten ingresar a la Argentina.

Los internos estaban alojados en el Complejo Penitenciario de Valparaíso y lograron escapar tras cortar los barrotes de su celda. La información, que llegó hasta la provincia cuyana con detalles de los antecedentes de los evadidos, advierte que el operativo contó con ayuda externa.

Entre los fugados se encuentra Juan González, condenado a presidio perpetuo calificado por el homicidio del cabo de Carabineros David Florido, ocurrido en junio de 2022. Los otros reclusos fueron identificados como Jairo González, condenado por robo con homicidio, y Claudio Fornes, imputado por el mismo delito.

Según explicó el director nacional de Gendarmería, Rubén Pérez, los presos escalaron desde su celda hasta el cuarto nivel del módulo 105, donde tensaron una cuerda que habría sido lanzada desde el exterior. Aprovechando la densa niebla, cruzaron el muro perimetral "al estilo canopy", según detallaron medios chilenos.

En respuesta al escándalo, el gobierno de Chile anunció el sábado una serie de medidas para reforzar la seguridad en las cárceles. El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, ordenó revisar en 24 horas el perímetro de todos los recintos penitenciarios y presentar, en un plazo de 72 horas, un informe sobre la distribución de los internos en las celdas, entre otras disposiciones.