Cristina pasará Navidad internada tras una tomografía por íleo posoperatorio
La ex vicepresidenta permanece ingresada en el sanatorio Otamendi luego de ser operada de apendicitis. El último informe médico confirmó que evoluciona sin fiebre y continúa bajo tratamiento antibiótico. Está acompañada de sus hijos, con quienes pasó Nochebuena.

La ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pasará la Navidad internada en el sanatorio Otamendi, donde permanece bajo observación médica tras haber sido intervenida quirúrgicamente por un cuadro de apendicitis. Así lo informó el último parte médico difundido por el centro de salud, que indicó que se le practicó una tomografía computada de abdomen luego de presentar síntomas compatibles con un íleo posoperatorio.

De acuerdo con el informe oficial, la ex mandataria "continúa su evolución del cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada", una condición que motivó su internación y posterior cirugía el último sábado. El parte precisó que, en el marco del seguimiento clínico, la paciente presentó síntomas propios de una alteración transitoria del tránsito intestinal, habitual en algunos posoperatorios abdominales.

"La paciente presenta síntomas compatibles con íleo posoperatorio. Se realizó tomografía computada de abdomen que confirma el diagnóstico", señala el comunicado médico. Frente a este cuadro, los profesionales indicaron que se implementaron las medidas de soporte correspondientes, a la espera de una evolución favorable y la resolución espontánea del proceso.

El informe agregó además que Cristina Kirchner continúa bajo tratamiento antibiótico endovenoso y con drenaje peritoneal, y que hasta el momento no registra episodios de fiebre, un dato considerado positivo en el seguimiento de este tipo de intervenciones. Por el momento, no se informó una fecha estimada de alta médica.

La ex vicepresidenta fue trasladada al sanatorio Otamendi el último sábado desde su departamento del barrio porteño de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria, luego de manifestar un fuerte malestar abdominal. Tras ser evaluada por los profesionales, se confirmó un cuadro de apendicitis que derivó en una intervención quirúrgica de urgencia.

La operación se realizó ese mismo día y estuvo a cargo del equipo médico del sanatorio, institución en la que Cristina Kirchner cuenta con su historia clínica. Desde entonces, permanece internada bajo estricta supervisión, con controles periódicos y partes médicos oficiales.

Antecedentes quirúrgicos

La cirugía practicada el último sábado constituye la cuarta intervención quirúrgica a la que fue sometida Cristina Kirchner a lo largo de los últimos años. La más reciente había sido hace cuatro años, cuando se sometió a una histerectomía completa, también en el sanatorio Otamendi. En aquella oportunidad, el parte médico informó que se trató de un "procedimiento ginecológico programado" realizado por vía laparoscópica, con una duración aproximada de dos horas, aunque no trascendieron detalles específicos sobre los motivos médicos.

Uno de los antecedentes quirúrgicos más relevantes ocurrió el 8 de octubre de 2013, cuando la entonces presidenta fue operada de un hematoma subdural. En ese momento, Cristina Kirchner había sido inicialmente monitoreada en la Quinta de Olivos tras experimentar un hormigueo en su brazo izquierdo. Estudios posteriores detectaron la presencia de un coágulo entre el cerebro y el cráneo, consecuencia de un golpe sufrido semanas antes.

Según relató en aquel momento el entonces diputado nacional Martín Insaurralde, el golpe se produjo cuando la mandataria trastabilló mientras ordenaba objetos en su domicilio. La intervención quirúrgica fue realizada por Cristian Fuster, jefe de Neurocirugía del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y contó además con una interconsulta del neurólogo Facundo Manes.

Un año antes, en 2012, Cristina Kirchner había sido sometida a otra cirugía tras un diagnóstico inicial de "carcinoma papilar de tiroides", que posteriormente fue revisado y clasificado como un "falso positivo". Finalmente, se determinó que se trataba de adenomas foliculares. La intervención, que duró alrededor de tres horas y media, incluyó la extirpación de la glándula tiroides y se realizó en el Hospital Universitario Austral de Pilar, con un posoperatorio de 72 horas.