La reciente promoción del token $Libra por parte del presidente Javier Milei ha desatado una tormenta política y financiera. Mientras su equipo de gobierno intenta dar por superada la crisis, la oposición no cede y avanza con pedidos de interpelación e incluso un juicio político. Al mismo tiempo, Milei prepara un nuevo viaje a Estados Unidos con la esperanza de contar con el respaldo de Donald Trump.
¿Un error o una estrategia peligrosa?
El viernes pasado, Javier Milei publicó en sus redes sociales un mensaje promocionando el token $Libra, una criptomoneda que experimentó un vertiginoso aumento en su valor antes de desplomarse en cuestión de horas. Este evento provocó que numerosos inversores perdieran grandes sumas de dinero, lo que generó un fuerte cuestionamiento a la responsabilidad del presidente.
A pesar de que Milei eliminó la publicación y afirmó que no estaba "interiorizado" en los detalles del proyecto, la oposición considera que su accionar es grave y merece ser investigado a fondo. La expresidenta Cristina Kirchner fue una de las primeras en reaccionar, acusando a Milei de convertir a la Argentina en un "casino" donde él mismo actúa como crupier.
Juicio político y crisis en el Congreso: La oposición redobla la apuesta
El escándalo de Libra ha llevado a un sector de la oposición a presentar pedidos de interpelación y un juicio político contra Milei. El diputado socialista Esteban Paulón fue uno de los primeros en impulsar esta iniciativa, argumentando que el presidente podría haber violado la Ley de Ética Pública y la Ley de Entidades Financieras.
Por su parte, el PRO, partido liderado por Mauricio Macri, mostró una postura ambigua. Mientras algunos de sus dirigentes apoyan a Milei y rechazan el juicio político, otros advierten sobre la gravedad del asunto. "Lo que pasó es grave, no solo por el impacto económico, sino también por la credibilidad del país", expresó el PRO en un comunicado oficial.
En paralelo, el Senado se prepara para debatir temas clave como la suspensión de las PASO y el proyecto de Ficha Limpia, que podría afectar la participación de Cristina Kirchner en futuras elecciones. En este contexto, el escándalo de Libra amenaza con convertirse en un factor disruptivo para el oficialismo.
Karina Milei y el control de daños
Mientras Javier Milei se enfoca en su viaje a Estados Unidos, su hermana y mano derecha, Karina Milei, ha tomado las riendas del control de daños. Durante el fin de semana, organizó un evento de afiliaciones junto al ministro de Economía, Luis Caputo, con el objetivo de mostrar que la crisis está bajo control.
Sin embargo, en los círculos libertarios se han generado tensiones internas debido a la falta de apoyo inmediato de algunos aliados. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue una de las primeras en respaldar a Milei, mientras que el PRO tardó casi 48 horas en emitir una declaración oficial.
La vicepresidenta Victoria Villarruel, en cambio, ha mantenido silencio absoluto sobre el tema, lo que ha despertado especulaciones sobre su postura dentro del gobierno.
Milei viaja a Estados Unidos
En medio de la crisis, Milei viajará este miércoles a Estados Unidos con la esperanza de reunirse con Donald Trump. En la Casa Rosada confían en que este encuentro pueda fortalecer la imagen del presidente argentino y abrir nuevas oportunidades de financiamiento con el FMI.
No obstante, la polémica por Libra podría dificultar sus planes. Se estima que muchos de los afectados por el colapso del token son inversionistas extranjeros, incluyendo estadounidenses que ya han manifestado su enojo en redes sociales.
El viaje de Milei será una prueba clave para medir el impacto internacional del escándalo. La reacción de Trump y el nivel de apoyo que reciba en Washington serán determinantes para su futuro político y económico.
¿Un tropiezo o el inicio del declive de Milei?
El caso Libra ha puesto en jaque la credibilidad del gobierno de Javier Milei y ha abierto una grieta en su propia coalición política. Aunque el oficialismo intenta minimizar la crisis, la oposición está decidida a convertir este episodio en un punto de inflexión.
La gran pregunta es si este escándalo será solo un tropiezo temporal o el inicio de un declive irreversible en su gestión. Con un juicio político en el horizonte y tensiones internas en su propio partido, el presidente enfrenta el momento más crítico de su mandato hasta ahora.
