La CGT aseguró que el paro fue un éxito y amenazó con tomar más medidas de fuerza
Héctor Daer, secretario general de la CGT manifestó que "el movimiento obrero lleva adelante una agenda clara y concreta para que se cambie la política de ingresos".

Este jueves se vivió un nuevo capítulo de tensión política y social con el tercer paro general impulsado por la Confederación General del Trabajo (CGT) en contra del gobierno de Javier Milei. Bajo el lema de "defender el ingreso y la equidad social", la central sindical logró una contundente adhesión de los gremios, a excepción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), provocando una parálisis casi total del transporte público, cancelaciones masivas de vuelos y fuertes repercusiones mediáticas y políticas.

 

Impacto del paro: transporte paralizado y miles de pasajeros afectados

El paro general tuvo un alcance significativo: no funcionaron trenes, subtes ni taxis en la Ciudad de Buenos Aires, y cerca de 60.000 pasajeros se vieron afectados por la suspensión de vuelos. La medida puso en evidencia el descontento del sector sindical frente a las políticas económicas del gobierno nacional, que según los dirigentes gremiales, profundizan la desigualdad y afectan de forma directa a los sectores más vulnerables.

 

Reclamos de la CGT: ajuste, jubilaciones y falta de diálogo con el Gobierno

Durante una conferencia de prensa, el secretario general de la CGT, Héctor Daer, explicó los motivos de la protesta: "Hay un ajuste profundo que lleva a la caída de los ingresos". El referente sindical subrayó que el paro responde a una "agenda concreta" que busca modificar la política de ingresos actual, y denunció la gravedad del recorte en áreas clave como la obra pública, el financiamiento a las provincias y, especialmente, los haberes jubilatorios.

Daer también destacó la reciente marcha de jubilados, calificándola como una movilización "multitudinaria y justa", en reclamo por una actualización urgente de las jubilaciones, un tema que se ha convertido en uno de los principales ejes de confrontación con el Ejecutivo.

 

Críticas al acuerdo con el FMI y advertencias sobre la política económica

Otro punto crítico señalado por la CGT fue la falta de información sobre el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "No pudimos conocer nada del acuerdo, y en el medio se siguen perdiendo reservas", afirmó Daer, quien aseguró que cada vez que se negocia con el Fondo "se termina ajustando en los sectores más vulnerables".

Además, envió un mensaje directo al Gobierno sobre los efectos de una posible devaluación: "Argentina está muy cara en dólares, pero para los trabajadores la salida no es la devaluación". En ese sentido, enfatizó que el sindicalismo trabajará para "esclarecer al pueblo argentino lo que está en juego para el futuro".

 

Respuesta del Gobierno

Desde la Casa Rosada, las autoridades respondieron con dureza al paro general, calificándolo como una medida impulsada por intereses políticos. Según declaraciones oficiales, la huelga representa "uno de los últimos coletazos de quienes viven de la extorsión y el apriete", y vincularon la protesta con "la casta sindical kirchnerista de los Moyano".

El Gobierno destacó que este es el tercer paro general contra Milei, en contraste con la ausencia de medidas similares durante la gestión anterior de Alberto Fernández, y desestimó los reclamos sindicales asegurando que "no tienen que ver con los trabajadores".

Un conflicto creciente que podría escalar en los próximos meses

El paro general liderado por la CGT marca un nuevo hito en la creciente tensión entre el Gobierno nacional y el movimiento obrero. Con una alta adhesión y reclamos focalizados en el ajuste económico, la política salarial y el acuerdo con el FMI, la posibilidad de nuevas medidas de fuerza no está descartada.

La central sindical ya dejó claro que continuará su ofensiva si no hay respuestas concretas a sus demandas, en un contexto donde la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y la incertidumbre económica generan cada vez más malestar social. Mientras tanto, el Gobierno deberá decidir si mantiene su rumbo o abre el diálogo con sectores clave de la sociedad. La próxima etapa de este conflicto marcará el pulso de la gobernabilidad y la estabilidad en los meses venideros.