La Confederación General del Trabajo (CGT) realizó este jueves una movilización masiva en Plaza de Mayo para manifestar su rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno del presidente Javier Milei. La convocatoria comenzó a las 15 y contó con la participación de dirigentes sindicales de distintos sectores, en una jornada marcada por fuertes críticas a las políticas oficiales y advertencias sobre posibles medidas de fuerza.
Durante el acto, tomaron la palabra los integrantes de la nueva conducción de la central obrera, encabezada por los secretarios generales Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello. Los discursos coincidieron en cuestionar el contenido de la reforma laboral y la falta de diálogo con el movimiento sindical. "Siguen sin escucharnos", expresó Jorge Sola, quien además advirtió que, de mantenerse esta postura por parte del Gobierno, la CGT profundizará el plan de lucha hasta "terminar en un paro nacional".
El tono de los mensajes fue duro y estuvo centrado en el rechazo a los cambios que impulsa el oficialismo en materia laboral, en un contexto de discusión parlamentaria que mantiene en alerta a los gremios. La protesta se desarrolló mientras el Senado debate el proyecto en el ámbito de las comisiones, instancia que despertó la reacción sindical y aceleró la convocatoria a la movilización.
En la previa de la marcha, la Plaza de Mayo amaneció vallada y con un fuerte operativo de seguridad. Las fuerzas policiales se desplegaron desde las primeras horas del día ante la expectativa de una concurrencia masiva de manifestantes, que comenzaron a llegar cerca del mediodía. Desde el área de Seguridad se indicó que el objetivo principal era evitar cortes totales de calles, aunque se reconoció que el volumen de la movilización podía dificultar la aplicación del protocolo antipiquete.
El debate por la reforma laboral no solo se concentra en la Ciudad de Buenos Aires, sino que genera repercusiones en todo el país, incluida la provincia de Catamarca, donde los gremios siguen de cerca la discusión y el avance del proyecto en el Congreso. La posición de la CGT y la posibilidad de nuevas medidas de fuerza forman parte de un escenario que mantiene en tensión la relación entre el Gobierno nacional y el movimiento obrero.
Según lo previsto en el ámbito legislativo, el oficialismo buscará conseguir dictamen en comisiones hacia el fin de semana, con el objetivo de llevar la discusión al recinto la próxima semana. Desde el Gobierno sostienen que la reforma es una pieza clave de su programa económico, orientado a reactivar el empleo formal, reducir la litigiosidad y modificar un esquema que, según argumentan, desalienta la contratación y empuja a millones de trabajadores a la informalidad.
La movilización de este jueves dejó en evidencia el nivel de confrontación entre la CGT y el Ejecutivo, en un debate que continuará en el Congreso y que promete seguir marcando la agenda política, sindical y social en las próximas semanas.