A dos meses de la detención del gendarme catamarqueño Nahuel Gallo en Venezuela, su familia sigue sumida en la incertidumbre y el desconsuelo. Desde su arresto el 8 de diciembre de 2024, las autoridades venezolanas no han brindado información clara sobre su estado y paradero. La comunicación diplomática entre los gobiernos de Argentina y Venezuela está cortada, mientras que Brasil ha intentado mediar sin éxito.
La última imagen de Gallo
El 2 de enero de 2025 se difundió un video en el que se ve a Nahuel Gallo en la cárcel de El Rodeo, estado Miranda. Desde entonces, su familia no ha recibido ninguna información sobre su situación, alimentando su angustia y desesperación. Sus hermanos, Kevin y Daiana, han manifestado su preocupación y exigen respuestas inmediatas.
"Nahuel no es un espía": la versión de la familia
Desde la casa familiar en San Fernando del Valle de Catamarca, sus hermanos en una entrevista con TN insistieron en que Nahuel es un gendarme "común y corriente", con una vida y una familia que lo espera. Relatan que la última conversación con él fue el 7 de diciembre, un día antes de su detención. Planeaba un viaje a Chile para enero y compartió una foto desde un aeropuerto, mencionando que su destino sería "una sorpresa".
El domingo 8 de diciembre, sus mensajes dejaron de llegar. Su esposa, María, informó a la familia que Nahuel había sido detenido por civiles que lo obligaron a entregar su teléfono antes de llevárselo a "una segunda entrevista". Desde entonces, su paradero y situación legal son inciertos.
La lucha diaria y la presión internacional
Los familiares de Gallo han expresado su frustración ante la falta de avances diplomáticos. En un principio, confiaban en la presión social y las denuncias internacionales, pero la ausencia de acciones concretas ha disminuido sus esperanzas. Sin embargo, continúan exigiendo justicia y una resolución inmediata del caso.
Daiana Gallo, entre lágrimas, afirmó que no pierde la esperanza de ver a su hermano en libertad. Revisa constantemente sus conversaciones con él y sueña con su regreso. Pide a las autoridades argentinas que tomen medidas urgentes para lograr su liberación, enfatizando que Nahuel viajó con todos los permisos legales y que su detención es "una injusticia".
Mientras tanto, la familia de Nahuel Gallo sigue esperando una respuesta oficial y clama por su regreso seguro a Argentina. El tiempo pasa y la incertidumbre crece, dejando en evidencia la necesidad de una acción diplomática firme para resolver este caso.
La entrevista a los hermanos de Nahuel Gallo
Desde Catamarca, los hermanos de Nahuel Gallo exigen su liberación, y advierten, que Nahuel "no es ningún espía: tiene una familia que lo está esperando. Es un gendarme común y corriente".
—¿Cómo están ustedes hoy?
Kevin: —La pasamos mal, estamos mal. Pero uno se acostumbra: trata de vivir la vida cotidiana; hay que trabajar, volver a la rutina. Obviamente, nuestras cabezas están todo el tiempo pensando en Nahuel: en cómo está, en dónde está. Ya son dos meses...
—¿Cómo es el día a día?
Daiana: —En la lucha, trabajando. Los peores pensamientos me caen a la noche, cuando estoy sola y me pongo a pensar que más se puede hacer. Al principio ha sido muy duro; después, cuando aparecieron fotos de él, fue un alivio verlo. Hoy estamos sin noticias.
—Ustedes, como hermanos, ¿de qué manera lo definirían a Nahuel?
Kevin: —Un chango bueno, piola, muy amiguero. Ese amigo que siempre está..
—¿Cómo era la relación entre ustedes?
Kevin: —Somos muy unidos los cuatro hermanos. Él, como hermano, es excelente. (También) como amigo, como padre.
—¿Cuándo fue la última vez que hablaron con Nahuel?
Daiana: —Hablé el sábado, un día antes de que lo capturen. Habíamos planeado un viaje a Chile para enero. Ese día le mande un mensaje y le pregunté cuándo tenía vacaciones, para organizar. Él me mando una foto en el aeropuerto de Chile, le pregunté adónde se iba y me dijo: "Sorpresa, ya vas a ver mañana". El domingo le volví a escribir para ver si había llegado, y ya no le llegaban los mensajes. El lunes se comunicó conmigo María (la esposa de Gallo) y me dio la noticia: que fue una combi donde unos (hombres), vestidos de civiles, le sacaron el celular, no lo dejaron hablar y Nahuel alcanzó a pedirle el celular al taxista para comunicarse con María. Le dijo: "Gorda, me llevan a la segunda entrevista", y chau. Le arrebataron el celular y lo metieron adentro. Al principio nos imaginamos que podía ser una detención de 72 horas, hasta que se pueda aclarar la situación. Pero no se supo más nada.
—El día a día de estos dos meses, que salió la foto, la carta, los rumores de dónde estaba detenido, ¿cómo lo manejaron?
Kevin: —Cuando nos dijeron que había una posibilidad de que Nahuel reciba una carta fue una alegría, una esperanza. Después se hizo público, y supuestamente era secreto. Eso nos dio bronca. La gente nos quiere ayudar pero también salir en la tele. Cuando salió la foto fue un golpe de emoción. Estábamos nosotros cuatro, tomando mate, y vimos en TN que salió la foto. Fue fuerte, fue duro, aunque nos tranquilizó un poco. Dijimos: "Es él". Vimos que camina, que está barbudo. Nos mostraron que estaba bien, dentro de todo. Es la única prueba que nos dieron. Más que esa foto que se viralizó, no tuvimos otra cosa.
—Si tuviesen enfrente a los funcionarios de Venezuela, sobre todo a los que apuntan contra Nahuel como terrorista, ¿qué les dirían?
Kevin: —Decirle que Nahuel con es ningún espía y tratar de mostrarle todas las pruebas posibles y pedirle por favor, que hay una familia que lo está esperando en casa. Que es un gendarme común y corriente.
Daiana: —Yo, las esperanzas no las voy a perder. Estamos todos esperando por mi hermano. Tanto como su familia, su hijo, sus amigos.
—¿Confían en las denuncias, en la presión internacional, para que se pueda solucionar algo?
Kevin: —En este momento, no. Teníamos fe con la presión social, pero después que vimos que el poder no puede hacer nada, la ilusión va bajando.
—¿Qué esperanza les queda?
Daiana: —Tenemos la esperanza de que el Gobierno haga algo, que nos den una solución. El tiempo pasa, es desesperante no saber como está él. Pido y exijo que nos den una solución. Es una persona inocente que viajó con todos los permisos del mundo, con todos los papeles en regla. Es injusto lo que le está pasando.
—Si tuvieses la posibilidad de volver un segundo a esa conversación del sábado, ¿Qué le dirías?
Daiana: —(Quiebra en llanto) Le diría que no se vaya, que no viaje. Le hubiera dicho tantas cosas... Siempre leo el chat, nuestras conversaciones. Todos los días esperamos una noticia, es angustiante. A veces, hasta le hablo por chat. Lo soñé muchas veces. Espero su regreso. Le diría que lo espero, que lo extraño, que lo amo. Sabe que hay una familia que lo está esperando.
(Con información de TN)