A menos de un mes de las elecciones generales, Javier Milei volverá al ruedo de la campaña con una agenda de alto voltaje diseñada por sus principales asesores. Tras su paso por Estados Unidos, donde se reunió con Donald Trump y logró el compromiso de una asistencia financiera por USD 20.000 millones, en la Casa Rosada creen que el mandatario logró un punto de inflexión para ordenar la narrativa oficialista.
En el Gobierno aseguran que la foto con Trump y el respaldo norteamericano ayudaron a contener el pesimismo de los mercados tras la derrota en Buenos Aires y ofrecen margen para relanzar la campaña con un mensaje más político y empático. "Se llegó a un piso donde se puede empezar a crecer", resumió un funcionario cercano al Presidente.
Los estrategas libertarios reconocen que el acuerdo con Estados Unidos no tendrá efectos inmediatos en la economía cotidiana, pero confían en que mejorará las expectativas. "La gente vota por expectativas: si cree que con este rumbo va a estar mejor que antes o si teme volver atrás", explican en el entorno presidencial.
El nuevo esquema de campaña fue definido el viernes pasado en la Casa Rosada y ratificado luego en Olivos, bajo la coordinación del asesor Santiago Caputo. Milei delegó en su equipo la definición de fechas y territorios: "Javier confía en que le dinamicemos la campaña", señaló un dirigente de peso.
Las encuestas que maneja el oficialismo muestran un escenario de "empate técnico" con el kirchnerismo, con ventajas claras solo en CABA y Mendoza, donde La Libertad Avanza cerró alianzas locales. En la Capital, no obstante, advierten que las mediciones de Alejandro Fargossi —candidato a diputado— son sensiblemente más bajas que las de Patricia Bullrich, postulante al Senado.
El itinerario arranca en Ushuaia, Tierra del Fuego, junto a Agustín Coto (senador) y Miguel Rodríguez (diputado). Luego continuará por Entre Ríos, Corrientes, Mendoza y las bonaerenses Mar del Plata y Bahía Blanca, bastiones donde Milei busca consolidar las dos únicas secciones que ganó en las primarias. La lógica es clara: trasladar la intención de voto presidencial hacia los candidatos de cada distrito, muchos de ellos con escaso nivel de conocimiento.
En Córdoba, por ejemplo, LLA presentó a Gonzalo Roca, de menor visibilidad frente a figuras como Juan Schiaretti (Provincias Unidas) y Natalia de la Sota (Defendamos Córdoba). Milei apuesta a que su presencia en territorio refuerce la performance de postulantes como él.
Mientras tanto, Eduardo "Lule" Menem fue corrido de la formalidad de la mesa chica y quedó al frente de la fiscalización. Sin embargo, en su entorno remarcan que mantiene ascendencia en los armados provinciales que tejió desde 2021: "Pueden decir que no está, pero todos responden a él", señalan sus allegados.