Un grupo de trabajadores precarizados incendió este lunes a la noche los portones de ingreso de la Residencia Oficial de Gobernadores de La Rioja, tras no percibir sus haberes. 

En La Rioja, el Gobierno provincial es el liquidador de los sueldos y los empleados precarizados habían pasado a planta del Estado, pero fueron desconocidos por el gobernador justicialista, Ricardo Quintela. 

Desde hace tres días, mantienen un acampe frente a la Residencia Oficial en el marco, además, de un serio conflicto político e institucional entre la intendenta radical de la capital, Inés Brizuela y Doria, y el gobernador peronista.

Eso desató una crisis similar que había protagonizado Quintela cuando estuvo como jefe comunal, ya que encabezó las mismas manifestaciones que ahora se repiten. A raíz de ello, Brizuela y Doria los pasó a planta con el fin de que no haya más precarizados, aunque lo realizó a días de las elecciones. 

En toda la provincia, existen casi 30.000 empleados precarizados en el Estado y en el municipio capitalino ascienden a 3.000. La mayoría de estos últimos fueron designados por Quintela cuando fue intendente. Los trabajadores precarizados pertenecen a la Municipalidad y un buen porcentaje cumple funciones en servicios públicos con sueldos que oscilan entre $5 mil y $12 mil pesos.