En el marco de las negociaciones por una crucial ayuda financiera que podría articular el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, el expresidente Donald Trump le solicitó a Javier Milei que consiga un acuerdo con los gobernadores y sus aliados. La administración republicana, según fuentes del Gobierno argentino, puso un fuerte énfasis en la necesidad de recomponer los vínculos con los sectores "dialoguistas" para proyectar una imagen de estabilidad política.
"El único pedido formal que hicieron fue que ordenáramos lo político y la inestabilidad en el Congreso", confirmaron desde el entorno oficial. Esta preocupación, basada en informes que analizan el esquema de alianzas del Ejecutivo, es un punto clave para la gestión de Trump antes de habilitar cualquier desembolso.
Ante este escenario, la Casa Rosada busca retomar el contacto con los mandatarios provinciales que en 2024 se mostraron cercanos al oficialismo, pero que luego se distanciaron debido a la conformación de acuerdos electorales por parte de La Libertad Avanza. En Balcarce 50, reconocen la necesidad de ordenar los canales de diálogo para evitar incumplimientos de pactos.
"Queremos que haya una firma con condiciones y un acuerdo que se cumpla. No sirve un papel sin valor", manifestaron desde el Gobierno. La mesa política del Presidente aspira a consensuar las reformas laboral y tributaria y, al mismo tiempo, recuperar el tercio del Congreso necesario para sostener los vetos presidenciales hasta el recambio legislativo del 10 de diciembre. Para lograrlo, se plantea reflotar la idea de un "Pacto de Mayo".
En el Ejecutivo, se considera que la ruptura de alianzas con la mayoría de las provincias y otros actores políticos ha debilitado al oficialismo en el Parlamento, lo que se suma a la inestabilidad económica. "El ruido político se trasladó a lo económico y tuvimos que sostener tasas altas, lo que provocó un enfriamiento de la economía", sostienen en el Gobierno.
El Gobierno buscará acercar posiciones con los gobernadores que compiten por fuera de La Libertad Avanza en sus provincias antes de las elecciones del 26 de octubre, aunque admiten que lograrlo en ese plazo es poco probable. La mira está puesta en los integrantes de Provincias Unidas, quienes en un primer momento fueron aliados del oficialismo: Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Claudio Vidal (Santa Cruz), Gustavo Valdés (Corrientes) y Carlos Sadir (Jujuy). Lo mismo aplica para jefes provinciales como Gustavo Sáenz (Salta), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro), entre otros.
La Casa Rosada también trabaja en un llamado a la unidad nacional para después de las elecciones, que incluiría al radicalismo y otros partidos de centro. Actualmente, los únicos aliados del oficialismo son el PRO y los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Leandro Zdero (Chaco), Jorge Macri (CABA) y Claudio Poggi (San Luis).
