Durante la noche del domingo se llevó a cabo la asunción del presbítero Carlos Figueroa Arteaga como nuevo párroco de la parroquia y santuario San Roque de La Chacarita, en la ciudad capital.
La ceremonia litúrgica fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el padre Víctor Vizcarra, párroco saliente; el padre Dardo Olivera, quien este lunes tomará posesión de la parroquia San José Obrero; y el padre Juan Manuel Romero López, quien acompañará la tarea pastoral del padre Carlos en este nuevo destino.
Bienvenida
En el comienzo de la Eucaristía se escucharon las palabras de bienvenida a cargo de la catequista Adriana Cuello, en nombre de toda la comunidad. Luego se dio lectura al decreto de designación del nuevo párroco; tras lo cual, el Obispo bendijo el agua con la que el padre Carlos roció a los presentes, y antes de la proclamación de las lecturas, le hizo entrega del Evangeliario.
En parte de su homilía, Mons. Urbanč agradeció al padre Víctor Vizcarra por su trabajo pastoral al frente de la parroquia San Roque de Capital, y al padre Carlos Figueroa Arteaga por su disposición para asumir este nuevo desafío en el servicio pastoral a la Iglesia.
“Padre Carlos -dijo-, vas a tener que ser como Jesús, vas a dar esa agua viva que es la gracia santificante, la misma gracia de Dios”, ya que “somos dispensadores de la gracia divina”.
Al reflexionar sobre las lecturas bíblicas escuchadas consideró que deberíamos tener “la rebeldía contra el pecado no contra el amor de Dios”, y “acercándonos a Él seamos un pueblo fraterno, que nos sane y nos ayude a ser solidarios”. También pidió a los fieles que acompañen al nuevo párroco y que recen por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Seguidamente, el padre Figueroa realizó el juramento de fidelidad, la profesión de fe y la renovación de las promesas sacerdotales ante el Obispo y toda la asamblea.
Asimismo, recibió los Óleos Sagrados con los que bautizará y confirmará; y el Cáliz, la Patena y las vinajeras, con los que celebrará la Sagrada Eucaristía.
Después de la Comunión, el pastor diocesano depositó en las manos del flamante párroco la llave del Sagrario animándolo para promover la Adoración Eucarística.
Antes de la bendición final, el padre Carlos Figueroa agradeció a la comunidad de San José Obrero por el acompañamiento y el cariño que recibió mientras estuvo pastoreando esa parroquia. Y dijo que todo ese amor que le ofrecieron lo volcará en la nueva comunidad.
Expresó su gratitud a Dios, a la Virgen María y a San José por la fe, el bautismo y su ministerio sacerdotal, que pondrá al servicio de la parroquia San Roque para caminar juntos.
