La Dirección de Brigada de Lucha contra Incendios Forestales, dependiente de la Secretaría de Seguridad y Orden Público, emitió un informe sobre el estado operativo de los incendios forestales que afectan a distintos departamentos de la provincia, destacando que dos focos permanecen activos en zonas de acceso limitado y gran altura.
Según el reporte, la situación más compleja se registra en Ancasti, específicamente en la Cuesta de La Herradura. El incendio allí se mantiene activo en una geografía de muy difícil acceso, lo que impide la entrada segura de los brigadistas. Las condiciones del terreno y la meteorología adversa también restringen significativamente la operación de medios aéreos para el combate directo. El foco se encuentra bajo monitoreo terrestre, aéreo y satelital constante.
En el departamento Capayán, el foco activo se localiza en la zona de Concepción. Si bien durante la jornada anterior se realizaron tareas para proteger los puestos habitados de la región, los incendios activos se han desplazado por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, altura que imposibilita la operación de aeronaves. Al igual que en Ancasti, se mantiene una vigilancia exhaustiva mediante recursos terrestres y satelitales.
Focos contenidos y criterios operacionales
La Brigada también informó buenas noticias desde el departamento Ambato, donde los incendios registrados en La Puerta y El Bolsón han sido declarados contenidos. Ambos permanecen bajo vigilancia permanente para prevenir cualquier riesgo de reactivación.
En cuanto a los criterios de intervención, la Brigada enfatiza que el monitoreo terrestre y aéreo es continuo, complementado por el seguimiento de focos de calor a través de imágenes satelitales. La intervención directa de los brigadistas solo se realiza en sectores donde las condiciones garantizan la seguridad operativa.
En áreas con accesos intransitables, fuertes vientos o altura que obstaculiza las operaciones aéreas, se aplica una estrategia de control indirecto. La prioridad máxima de la Brigada es la integridad de su personal y la de la comunidad, adaptando las medidas de respuesta según el comportamiento del fuego y las características específicas de cada terreno.