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Cena de Navidad: claves para comer con conciencia y evitar excesos durante las fiestas

La nutricionista María Belén Núñez advirtió sobre los riesgos del ayuno previo, el consumo de alcohol y la mala manipulación de los alimentos durante la cena de Navidad. Recomendó planificación, moderación y seguridad alimentaria para disfrutar sin malestares ni intoxicaciones.

24 Diciembre de 2025 11.10

En la antesala de las celebraciones de fin de año, cuando las mesas se llenan de platos tradicionales y los encuentros familiares se extienden hasta la madrugada, la alimentación vuelve a ocupar un lugar central. Para evitar que los excesos, los errores de manipulación o las decisiones improvisadas arruinen la Nochebuena, la licenciada en nutrición María Belén Núñez (Matrícula Nacional 766) brindó una serie de recomendaciones clave orientadas a cuidar la salud durante la cena de Navidad.

Núñez es integrante fundadora de la Sociedad Argentina de Nutrición en Alimentos Reales y presidenta de la Fundación Sanar. En diálogo con Cadena 3, la especialista remarcó que la planificación previa, la moderación y la seguridad alimentaria son pilares fundamentales para transitar las fiestas sin consecuencias negativas para el organismo.

Uno de los primeros puntos que abordó fue una práctica habitual en estas fechas: el ayuno prolongado durante el día para "llegar con más hambre" a la cena. Sobre esta costumbre, la nutricionista fue categórica al desaconsejarla. Explicó que saltear comidas no solo altera el metabolismo, sino que también provoca una pérdida del registro de saciedad, lo que aumenta las probabilidades de comer en exceso durante la noche.

En contraposición, Núñez recomendó realizar entre dos y tres comidas livianas y nutritivas a lo largo del día previo a la cena, priorizando frutas y verduras frescas. Este consejo cobra especial relevancia durante el verano, cuando las altas temperaturas favorecen la deshidratación y los malestares digestivos. "La idea es llegar a la noche con margen para disfrutar, sin terminar con malestar al día siguiente", explicó.

Otro de los aspectos destacados fue la falta de planificación familiar, una situación frecuente que suele traducirse en mesas recargadas y grandes volúmenes de comida que no llegan a consumirse. Según la especialista, cuando cada invitado lleva platos "para todos", se incrementa tanto el exceso como el desperdicio alimentario. Por eso, propuso una organización previa que permita equilibrar la oferta y reducir el derroche.

En cuanto a la composición del menú, Núñez sugirió iniciar la cena con entradas a base de vegetales crujientes acompañados por salsas saludables, continuar con un plato principal que incluya una fuente de proteínas combinada con verduras, y cerrar con postres más livianos. Entre las opciones recomendadas mencionó frutas frescas, eventualmente combinadas con una porción moderada de helado, como alternativa a preparaciones más pesadas.

La hidratación fue otro de los ejes centrales de la entrevista. La nutricionista advirtió que no se debe esperar a sentir sed para beber agua, especialmente en el caso de niños y adultos mayores, quienes pueden haber perdido ese reflejo. En relación con el consumo de alcohol, recordó que la Organización Mundial de la Salud recomienda consumo cero. Sin embargo, en caso de decidir beber, aconsejó no hacerlo en ayunas, alternar siempre con agua y extremar los cuidados si se está bajo tratamiento médico, ya que el alcohol es hepatotóxico y genera una sobrecarga en el hígado.

La seguridad alimentaria ocupó un lugar destacado entre las advertencias. Núñez alertó sobre los riesgos de descongelar carnes a temperatura ambiente y explicó que el procedimiento adecuado es hacerlo dentro de la heladera, en recipientes cerrados, para evitar la contaminación cruzada. También subrayó que los alimentos que contienen mayonesa o cremas no deben permanecer fuera del frío por más de dos horas.

"Cuando la comida queda expuesta durante más tiempo, el riesgo de intoxicación alimentaria aumenta de manera drástica y puede arruinar la noche de todos", señaló.

Finalmente, la especialista invitó a poner el foco en el encuentro y no exclusivamente en la comida. Recordó que las celebraciones no deben vivirse como una excepción extrema a los hábitos cotidianos y que, tras las fiestas, la vida continúa. "Los hábitos saludables se pueden retomar al día siguiente, sin culpas ni castigos", concluyó.