Limpiar los vidrios de los anteojos sin rayarlos ni dejar rastros de suciedad suele ser un desafío para muchos. Sin embargo, existe un truco sencillo que puede garantizarte lentes impecables y sin riesgos.
El truco consiste en usar agua tibia y jabón líquido suave. Primero, enjuagá los vidrios con agua tibia para eliminar partículas de polvo que puedan rayar el vidrio. Luego, aplicá una gota de jabón líquido sobre los cristales y frotalos suavemente con las yemas de los dedos, haciendo movimientos circulares.
Para enjuagar, volvé a usar agua tibia y asegurate de retirar todos los restos de jabón. Finalmente, secá con una toalla de microfibra o un pañuelo especial para anteojos, evitando paños ásperos que puedan dañar el vidrio.
Algunos consejos adicionales:
- Evitá productos de limpieza abrasivos.
- Nunca uses papel de cocina o pañuelos de papel, ya que pueden rayar la superficie.
- Guardá tus anteojos en su estuche para protegerlos de la suciedad.
Este truco no solo es efectivo, sino que además prolonga la vida útil de tus anteojos y te permite mantenerlos en perfecto estado