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Día Internacional del Churro: historia, curiosidades y sabores de un clásico argentino

El icónico dulce, con más de 30 millones de unidades consumidas por año en el país, tiene su propio día de homenaje. Desde su misterioso origen hasta las innovaciones gourmet, el churro mantiene su identidad en la mesa argentina y su lugar en la memoria colectiva.

11 Noviembre de 2025 08.35

El 11 de noviembre se celebra el Día Internacional del Churro, una fecha que, aunque no cuenta con un reconocimiento oficial, se instaló en todo el mundo como un homenaje a este clásico de la gastronomía popular. En Argentina, la Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas (Apyce) y afines propusieron vincular la efeméride con la forma del churro: palitos que, alineados, evocan el "11 del 11".

El churro, presente en desayunos, meriendas y veranos de playa, es un símbolo del gusto argentino. Su presencia se mantiene firme tanto en bares notables como en veredas costeras o panaderías de barrio. Según estimaciones de Apyce, el mercado nacional ronda los 30 millones de unidades anuales, un dato que demuestra la vigencia del producto en el consumo cotidiano.

"En Argentina, el churro tiene una identidad muy marcada: mantiene su formato recto tradicional y es un producto emblemático que forma parte del paisaje gastronómico nacional", destacaron desde la entidad.

Un origen disputado

Como muchas recetas tradicionales, el origen del churro se pierde entre leyendas y fronteras. Algunos historiadores lo vinculan con una antigua preparación china que los pastores españoles habrían adaptado y perfeccionado, dándole su forma alargada y crocante. España lo adoptó como propio, y desde allí, el churro cruzó océanos, conquistó Europa y América Latina hasta convertirse en un fenómeno global.

churros
 

Hoy, se lo encuentra en versiones dulces y saladas, rellenas o simples, con azúcar, chocolate, dulce de leche o incluso con queso. Cada país le imprime su sello, pero en todos los casos se mantiene su esencia: masa frita, textura crujiente y una cuota de nostalgia.

Dos historias argentinas

Entre los protagonistas nacionales de este clásico destacan "Sol de Galicia" y "Churrería El Topo", dos marcas que, desde distintos rincones del país, construyeron historia alrededor del churro.

Sol de Galicia nació en 1957 como un pequeño emprendimiento familiar de origen gallego. Con una receta artesanal y trabajo constante, se convirtió en una de las fábricas más grandes del país. Hoy cuenta con cuatro plantas en Avellaneda, Morón, Flores y Villa Martelli, más de 120 empleados y una amplia producción que incluye minichurros, donas, pastelitos y tortas fritas. Su calidad trascendió fronteras: incluso un bar notable de Buenos Aires, famoso por sus churros, ofrece productos elaborados por esta fábrica.

Por su parte, "Churrería El Topo" es un emblema de la costa atlántica. Su historia comenzó en 1968, cuando Hugo y Cacho abrieron su primer local en Villa Gesell. El nombre surgió casi por casualidad: el letrista del cartel sugirió "El Topo", inspirado en el popular personaje infantil Topo Gigio. Para llamar la atención, los dueños decidieron colgar el cartel al revés... y nació una marca legendaria.

El éxito fue inmediato: largas filas en los días de lluvia, churros en la playa y jóvenes que, al salir de los boliches, buscaban su porción de masa frita recién hecha. Con el tiempo, la segunda generación de la familia impulsó su expansión y hoy cuenta con más de 20 locales en Cariló, Pinamar, Necochea, Mar del Plata, Villa Gesell, Valeria del Mar, Mar Azul, Mar de las Pampas y Bariloche. Todos siguen en manos de las familias fundadoras y ofrecen opciones aptas para veganos, sin perder el sabor tradicional.

Los preferidos del público y la revolución de los sabores

Si bien cada fábrica tiene su receta propia, los más vendidos en Argentina son el churro clásico, el relleno de dulce de leche, el bañado con chocolate, el de crema pastelera y el de Nutella.

Sin embargo, la innovación no se detiene. Hoy, los catálogos de las churrerías incluyen versiones saladas y gourmet: churros de queso cheddar, roquefort, jamón y queso, hummus, membrillo, crema de limón o aceituna. Entre los más recordados figura una propuesta audaz: el churro de vitel toné, que alguna vez se volvió viral por su originalidad.

La tendencia actual también se sumó al auge de los sabores "premium". Las combinaciones con pistacho, óreo, sambayón, kit kat o menta con chocolate son cada vez más populares. Y, en línea con el boom del "Pistacho Dubai", varias fábricas relanzaron el churro de pistacho bañado en chocolate, hoy uno de los más buscados por el público joven.

El churro, con su textura inconfundible y su sabor de infancia, sigue uniendo generaciones. En su día internacional, el 11 de noviembre, Argentina celebra un clásico que combina tradición, creatividad y un ingrediente infalible: la felicidad de compartirlo.