Durante la temporada invernal, los cambios bruscos de temperatura, los ambientes cerrados y la baja humedad favorecen la propagación de virus respiratorios, incrementando la incidencia de resfriados y otras afecciones similares.

Aunque muchas personas recurren a remedios tradicionales como la miel o el jengibre para aliviar los síntomas, existen otras opciones menos conocidas pero igualmente efectivas. Uno de estos aliados naturales es el ajo, que posee propiedades antivirales y antibacterianas. Su consumo puede realizarse crudo, picado, en infusión o mezclado con limón, y diversos estudios sugieren que su ingesta está vinculada con una reducción en la duración de los síntomas y una recuperación más rápida.

Otra alternativa recomendada es el uso de eucalipto, especialmente en forma de vapor o inhalaciones. Este método ayuda a descongestionar las vías respiratorias y a calmar la tos. También se puede preparar un vahó con aceite esencial de eucalipto diluido en agua caliente, una práctica especialmente útil antes de dormir.

No obstante, los expertos destacan que no se debe subestimar el poder del descanso adecuado, la hidratación constante y una dieta rica en frutas cítricas, vegetales y caldos caseros. Estas acciones fortalecen el sistema inmunológico y contribuyen a una mejor respuesta del cuerpo frente a los virus.