En una noche marcada por la participación institucional y la devoción mariana, el Poder Ejecutivo Provincial y Municipal rindieron homenaje a la Virgen del Valle en el quinto día de la novena, celebrado el miércoles 3 de diciembre, coincidiendo con la festividad de San Francisco Javier, Patrono de las Misiones. La ceremonia tuvo lugar en el Santuario Catedral y reunió a funcionarios, fieles y comunidad religiosa en un clima de reflexión y compromiso cívico.
La misa fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, y concelebrada por el capellán del Santuario, padre Ramón Carabajal. Entre las autoridades presentes estuvieron el gobernador Raúl Jalil, la intendenta de Fray Mamerto Esquiú, Alejandra Benavidez, y miembros de sus respectivos gabinetes. La Banda de Música de la Policía de la Provincia estuvo a cargo de los cantos litúrgicos, aportando un marco solemne a la celebración.
Al abrir su homilía, Urbanč dio la bienvenida a los alumbrantes y elevó una oración "para que la Reina del Cielo los siga ayudando en el servicio de administrar lo que les ha confiado la ciudadanía". Desde allí introdujo el eje central de su mensaje, inspirado en el tema del día: "Jesucristo peregrino, Sabiduría eterna del Padre", al que definió como un punto de partida "inspirador para quienes gobernamos".

"Gobernar es ponerse al servicio del bien común"
El obispo planteó una reflexión profunda sobre el ejercicio del poder, recordando que "gobernar es ponerse al servicio del bien común, velar por la dignidad de la persona humana y practicar las virtudes humanas y cristianas por parte de todos los ciudadanos". A partir de esa premisa, desarrolló un análisis basado en las enseñanzas sociales de la Iglesia, subrayando virtudes y responsabilidades esenciales para quienes ocupan cargos de autoridad.
Entre ellas destacó:
Amor al pueblo, entendido como un servicio desinteresado y no como la búsqueda de poder personal.
Humildad, clave para escuchar todas las voces y elegir caminos que beneficien al conjunto de la sociedad.
Búsqueda del bien común, definido como el conjunto de condiciones que permiten a cada persona desarrollarse plenamente, garantizando justicia, paz, seguridad, derechos y necesidades básicas.
Compromiso con la justicia y la paz, especialmente en favor de los más vulnerables, quienes "son presa fácil de los oportunistas".
Urbanč reforzó que un gobierno ideal es aquel que protege a los débiles, promueve la justicia y trabaja activamente por la paz social.
La responsabilidad cívica de los ciudadanos
El obispo dedicó un tramo significativo de su mensaje a los deberes de la ciudadanía, señalando que "ser ciudadano fiel es una virtud" y que la participación política es una obligación moral, en línea con lo enseñado por el Beato Mamerto Esquiú. También remarcó la importancia de la formación de la conciencia, la prudencia en la toma de decisiones y la necesidad de rezar por las autoridades para que gobiernen con amor, humildad y compromiso con el bien común.
Asimismo, recordó que los cristianos están llamados a "dar al César lo que es del César, pero obedecer a Dios antes que a los hombres" cuando las decisiones gubernamentales se oponen a los principios básicos de la fe y la dignidad humana.

San Francisco Javier y la misión evangelizadora
En la segunda parte de su homilía, Urbanč recuperó la figura de San Francisco Javier como modelo de misión y entrega. Destacó que, al igual que Jesús, el santo sintió "compasión por la gente" y viajó miles de kilómetros para compartir el Evangelio. "Su ejemplo nos interpela sobre nuestra propia misión: evangelizar", afirmó, invitando a los fieles a preguntarse de qué manera hacen presente a Jesús en su vida cotidiana.
Luego vinculó los textos bíblicos del día con el espíritu del Adviento, recordando la "rica convergencia entre la esperanza profética de Isaías, la misericordia sanadora de Jesús y el impulso misionero de San Francisco Javier".
La celebración concluyó con la presentación de ofrendas por parte de los alumbrantes y, antes de la bendición final, con la consagración de toda la asamblea a la Virgen del Valle, acompañada por el tradicional canto en su honor.