Hantavirus en Argentina: los contagios aumentaron y estas son las provincias más afectadas
La enfermedad transmitida por el ratón rural registró un incremento significativo en 2025, según datos oficiales del Ministerio de Salud. La región central concentra la mayoría de los casos, mientras que las autoridades insisten en reforzar la prevención y la consulta temprana ante síntomas.

La infección por hantavirus, una enfermedad viral aguda y potencialmente grave transmitida al ser humano por el ratón rural, volvió a encender las alertas sanitarias en Argentina. Según los últimos datos epidemiológicos oficiales difundidos por el Ministerio de Salud de la Nación, los contagios aumentaron un 17% durante 2025, un año que ya se encuentra en su tramo final. El incremento se desprende de la comparación con igual período acumulado entre los años 2020 y 2024.

El hantavirus se transmite principalmente a través de la inhalación de partículas virales presentes en ambientes contaminados con saliva, heces u orina de roedores infectados. También puede producirse el contagio por contacto directo con animales vivos o muertos, sus secreciones y, en menor medida, por mordeduras. Actualmente, no existe una vacuna específica para prevenir la enfermedad, lo que refuerza la importancia de las medidas de prevención y la detección temprana.

De acuerdo con la información a la que accedió la Agencia Noticias Argentinas, los casos de hantavirosis se registraron en gran parte del territorio nacional durante el último año. Sin embargo, la distribución no fue homogénea y mostró una marcada concentración en determinadas regiones del país, en especial en el centro argentino.

Las regiones más afectadas en 2025

La región central del país encabeza el ranking de contagios, concentrando alrededor del 70% de los casos confirmados. Esta zona comprende la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, áreas con alta densidad poblacional y con zonas rurales y periurbanas donde el contacto con roedores puede ser más frecuente.

En segundo lugar se ubica la región patagónica, que representa el 17% de los casos notificados a nivel nacional. Aunque el porcentaje es considerablemente menor al del centro del país, el sur argentino mantiene históricamente una presencia sostenida del virus. Las provincias más afectadas en esta región son Neuquén, Río Negro y Chubut.

Por su parte, en el Noroeste Argentino (NOA) el número de contagios se mantuvo dentro de los valores esperados para el período 2025-2026, medidos por cada 100.000 habitantes. En esta región se incluyen las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán. Si bien los registros no muestran un aumento por encima de lo habitual, las autoridades sanitarias continúan monitoreando la situación de manera permanente.

Síntomas y señales de alerta

Uno de los principales desafíos del hantavirus es que sus síntomas iniciales pueden confundirse fácilmente con los de un cuadro gripal o febril común. En una primera etapa, la persona infectada puede presentar fiebre, dolores musculares, cefalea y escalofríos. A estos signos se pueden sumar otros síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.

Con el avance de la enfermedad, el cuadro puede agravarse y derivar en dificultades respiratorias, una de las manifestaciones más severas del hantavirus. Por este motivo, los especialistas insisten en la necesidad de consultar de manera inmediata al médico de cabecera o al centro de salud más cercano ante la aparición de síntomas compatibles, especialmente si la persona estuvo en contacto con ambientes rurales o potencialmente contaminados por roedores.

Desde el Ministerio de Salud reiteran que la prevención es clave para reducir el riesgo de contagio. Recomiendan ventilar los ambientes cerrados antes de limpiarlos, evitar el contacto con roedores, sellar grietas en viviendas y galpones, y mantener la higiene en espacios donde pueda haber presencia de animales silvestres.

El aumento de casos registrado en 2025 refuerza la necesidad de sostener campañas de concientización y vigilancia epidemiológica, especialmente en las regiones más afectadas, para evitar nuevos contagios y detectar a tiempo una enfermedad que puede ser grave si no se trata de manera adecuada.