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La comunidad franciscana dio gracias a Dios por la beatificación de Esquiú

05 Septiembre de 2021 18.51

En horas de la tarde de ayer sábado, continuando con las actividades por la Beatificación de Fray Mamerto Esquiú, se celebró la Misa de acción de gracias en el Templo Franciscano San Pedro de Alcántara, donde cursó sus estudios el flamante Beato catamarqueño.

La ceremonia fue presidida por el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Cargnello, y concelebrada por Mons. Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina; Mons. Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina; , Mons. Luis Urbanc, Obispo de Catamarca; Mons. Carlos Malfa, Obispo de Chascomús y secretario de la CEA; Mons. Fernando Maletti, Obispo de Merlo-Moreno; Mons. Oscar Miñarro, Obispo Auxiliar de Merlo-Moreno; Mons. José Díaz, Obispo de Concepción; Fray Luis Emilio Andrada, Provincial de la Provincia Franciscana de la Asunción, sacerdotes franciscanos.

Mons. Oscar Ojea, presidente de la CEA y el Arzobispo de Salta, Mons. Mario Cargnello

Cumpliendo con las medidas sanitarias vigentes, el templo franciscano completó la capacidad permitida de fieles laicos y frailes franciscanos. Estuvieron presentes las banderas de ceremonias del Colegio Padre Ramón de la Quintana con sus abanderados, junto a representantes de la comunidad educativa franciscana. 

En el inicio dela ceremonia litúrgica, Mons. Cargnello agradeció a sus hermanos obispos y a todos los que se dieron cita para participar de la tan ansiada Beatificación y animó a continuar “viviendo la alegría de esta jornada donde hemos visto reconocido por la Iglesia el culto a Fray Mamerto, las virtudes que adornaron su persona y haberlo anotado en el catálogo de los beatos. Ahora vamos a celebrar la Eucaristía en este templo, desde este solar donde vivió gran parte de su vida. Aquí creció desde chico, primero yendo al colegio; después entrando a la vida religiosa, viviendo como profesor de latinidades aquí y en lo que hoy es el Colegio Nacional, hasta que pidió permiso para ir a Tarija”. 

En su homilía, agradeció a Dios por ver llegar este día que han esperado tanto los catamarqueños, y a sus hermanos obispos y a todos los que se dieron cita para participar de la tan ansiada Beatificación. Relató los pensamientos que le sobrevinieron durante la ceremonia de la mañana en Piedra Blanca y recorrió los principales momentos de la vida del nuevo Beato para la Iglesia, destacando la grandeza de sus virtudes y la fuerza de su palabra, que irradiaba desde su humildad y que sigue hablando hasta nuestros días. “¿De dónde le viene la grandeza si él siempre buscó pasar desapercibido? Es la vida de un hombre que siempre buscó no aparecer, pero había algo que hacía que no podía no aparecer”. 

Recordando lo que escribió Vélez Sarsfield con ocasión del célebre sermón de la Constitución, citó que publicó que “un pueblo que es capaz de dar esta calidad de persona, aunque sea de una aldea con cuatro casuchas viejas y caídas, es un gran pueblo”, y agregó: “Eso es lo que yo sentí hoy en Piedra Blanca, por eso digo que Fray Mamerto nos levantó a todos. ¿Y qué había en el discurso de Fray Mamerto? Un amor inmenso a la patria, que nace del amor a Dios”.

Mons. Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires 

Al finalizar la homilía, se procedió a bendecir el retablo donde fue colocada la imagen del Beato Mamerto Esquiú frente al lugar donde estuvo tanto tiempo su corazón y donde ahora están las reliquias, que el Arzobispo de Córdoba entregó a Catamarca y se veneran en el templo de San Francisco y otras en la Catedral.

Una vez finalizada la Santa Misa, se realizó una visita al convento y especialmente a la celda del Beato Mamerto Esquiú.