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La enorme brecha letal entre el Covid y la gripe aunque la pandemia haya terminado

La tasa de muertes por Covid es este año 40 veces mayor que la de la gripe. Y la vacunación contra el coronavirus está en un piso histórico. Noticias de la Arvac.

06 Agosto de 2023 15.14

A pesar de que la pandemia terminó y la cantidad de muertes y contagios bajó en los últimos meses, el Covid sigue siendo 40 veces más letal que la gripe. Así se desprende de nuevos datos oficiales a partir de los casos y decesos registrados en lo que va de 2023.

Según el último el Boletín Epidemiológico Nacional, este año hubo 73.312 casos de Covid y 304 muertes, lo que da una tasa de letalidad de 0,41 por ciento. A la vez, se registraron 593.192 casos de gripe y 64 muertes por ese motivo, lo que significa una letalidad del 0,01 por ciento.

Si se comparan las cifras absolutas de muertes de Covid y gripe, las primera ha sido un 375 por ciento superior a la segunda. Sin embargo, si esos números se ponen en el contexto de la cantidad de casos que hubo por uno y otro virus la diferencia llega al 4.000 por ciento. Es cierto que los casos de Covid están en su piso histórico, pero también lo está el nivel de vacunación. Este descenso de la inmunidad hace que aquellos pocos que hoy contraen la infección (la última semana se contabilizaron 757) tengan mayor probabilidad de sufrir complicaciones.

En agosto de 2022 se aplicaban unas 50 mil vacunas contra el Covid por día en toda la Argentina, mientras que en la actualidad el promedio diario ronda las 7 mil dosis. La pérdida del temor a la enfermedad ha hecho que menos gente concurra a aplicarse los refuerzos indicados.

Eso se traduce en una cantidad de muertes ocurridas que se podrían prevenir. De hecho, en 2022 la tasa de letalidad del Covid a esta altura del año era inferior a la que se registra hoy. Entonces marcaba el 0,32 por ciento, a partir de los 3.626.238 casos y las 11.704 muertes.

Es probable también que en 2023 haya crecido el subdiagnóstico de contagios, lo que matemáticamente hace que la proporcionalidad de las muertes se eleve. Aunque ese mismo margen de error existe para los casos de influenza, dado que muchos de éstos no quedan registrados.

Los datos locales se conocen en momentos en que el Covid empieza a mostrar señales de recuperación en Europa y Estados Unidos, a medida que se acerca la época más fría del año. En Gran Bretaña ha habido un aumento importante de infecciones, de la mano de la creciente variante EG.5.1, si bien las cifras de casos sigue siendo baja.

Nuevas vacunas

En el hemisferio norte ya están listos para enfrentar una posible nueva ola de Covid con vacunas adaptadas a la nueva variante dominante: XBB.1. La FDA ya aprobó las nuevas fórmulas de Pfizer y de Moderna, que abandonan el formato bivalente (Wuhan más Ómicron) para volver a enfocarse en la cepa circulante y ser así más eficaces.

En la Argentina, mientras tanto, avanza la puesta a punto de la vacuna Arvac, de desarrollo nacional, que es bivalente pero no apunta a la variante Wuhan, sino la Gamma, a la que se le suma la subvariante BA.5 de Ómicron. Esa combinación introduce un diferencial y un interrogante.

Que sea Gamma y no Wuhan no necesariamente eximiría a la Arvac del fenómeno que los científicos llaman “pecado antigénico original”. Esa lógica indica que la variante del Covid con la que las personas tuvieron su primer contacto (por infección o por vacuna) “arrastra las marcas” de los anticuerpos en detrimento de la acción de los que buscan hacerle frente a Ómicron.

Fuentes del laboratorio Cassará, que comercializará la vacuna Arvac, dijeron que “la mayor parte de la población tuvo su primer contacto con Wuhan”. En términos vacunales no hay dudas, aunque resulta difícil precisar cuántos han tenido su primer contacto con Gamma por haberse infectado antes de vacunarse por primera vez.

En todo 2020 hubo 1,6 millón de casos de Covid registrados en el país, mientras que entre el 1° de enero y fines de julio de 2021, con la cuarentena más relajada (antes de que las vacunas llegaran masivamente a la población y con Gamma dominante), se conocieron 3,7 millones de nuevos contagios. En todos los escenarios hay que sumar los asintomáticos ignorados.

Se desconoce cuántas personas experimentaron realmente su debut vincular con el Covid -y por ende su imprimación genética- a causa de la vacunación con la cepa ancestral Wuhan, es decir, aquellos que no fueron susceptibles al virus antes de recibir su primera dosis. Ese plazo que hubo entre Gamma dominante (en Argentina Delta prevaleció después) y el comienzo de la inmunización activa es clave.

El virólogo Jorge Quarleri explicó que “el pecado original antigénico no se puede borrar porque es un fenómeno inmunológico, de nuestra respuesta inmune de memoria que, a pesar de las diferencias antigénicas que puede haber con nuevas variantes del virus, al enfrentarse a éstas hará una respuesta más fuerte dirigida contra la primera variante a la que nuestro organismo se enfrentó”.

El experto agregó que “sacar Wuhan de la vacuna probablemente apunte a minimizar ese efecto, pues toda bivalente que la lleve hará que la respuesta sea más enfática contra ella y sea menor con la variante nueva que acompaña, como lo fue BA.1 y ahora sería XBB.1.5”.

Con esta misma lógica, Quarleri agregó que “si el primer contacto del organismo ha sido con la variante Gamma y después nos damos una vacuna bivalente con protección Gamma más otra variante, cualquiera que fuere, la respuesta inmune que va a generar esa segunda estimulación va a ser mucho más fuerte contra Gamma que contra la variante que acompañe”.

Si bien la fase tres de Arvac estaría pronta a finalizar y la vacuna podría ser autorizada por la Anmat antes de fin de año con la fórmula ensayada, desde Cassará explicaron que, para seguir la recomendación global de la Organización Mundial de la Salud, ya clonaron las células para producir XBB.1 en 2024.

Siempre conviene aclarar que para prevenir la enfermedad grave y la muerte la respuesta de todas las vacunas (aun las no actualizadas) sigue siendo robusta. Pero la intención de modernizar el medicamento es poder contrarrestar la circulación del virus, es decir, optimizar su potencial para frenar los contagios. (Fuente Clarín)