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Las alarmantes cifras sobre la salud de los argentinos: actividad y descanso en alerta

Un estudio del Instituto de Neurociencias y Bienestar de Insight 21 reveló serias deficiencias en los hábitos de los argentinos. Falta de actividad física, mala alimentación y descanso insuficiente encabezan los indicadores críticos. Las mujeres muestran mayor autocuidado que los hombres y la educación aparece como un factor clave de protección.

21 Octubre de 2025 08.32

La salud de los argentinos atraviesa un panorama preocupante. Según el estudio "Salud argentina: hábitos y estilos de vida", elaborado por el Instituto de Neurociencias y Bienestar de Insight 21, apenas 2 de cada 10 personas cumplen con la actividad física recomendada, solo 1 de cada 4 consume frutas y verduras a diario y más de la mitad duerme menos de 7 horas por noche.

El informe, dirigido por la Dra. Fátima González Palau, se basó en una encuesta representativa de 1.050 personas de siete grandes ciudades del país —Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Corrientes, San Miguel de Tucumán y Comodoro Rivadavia— y expone disparidades marcadas según género, edad y nivel educativo.

Hábitos en crisis

Uno de los datos más alarmantes es el de la actividad física: el 78,8% de los argentinos no alcanza los 150 minutos semanales recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que la mayoría de la población lleva una vida sedentaria, con riesgos asociados a enfermedades cardiovasculares, metabólicas y de salud mental.

En materia de alimentación, la situación tampoco es alentadora. Solo el 26,8% consume frutas y verduras a diario, aunque el porcentaje aumenta al 33,9% entre los adultos mayores (60 a 65 años) y se reduce drásticamente al 16,2% en los jóvenes (18 a 29 años).

El descanso insuficiente también se impone como un factor crítico: el 51,2% de los encuestados duerme menos de 7 horas por noche, una práctica que afecta el rendimiento cognitivo, la regulación hormonal y la salud emocional. El grupo más afectado corresponde a las personas de 40 a 49 años (43,5%), y un 66,2% reconoce tener dificultades para lograr un sueño reparador.

Tecnología, prevención y apoyo social

El uso intensivo de pantallas se consolida como otro hábito problemático: casi 6 de cada 10 personas pasan más de dos horas al día frente a dispositivos electrónicos con fines recreativos. Entre los jóvenes, el número se dispara: el 75% excede ese tiempo, y más de la mitad pasa más de dos horas diarias en redes sociales.

En cuanto a la prevención médica, el informe muestra un panorama desigual. Aunque el 75,5% de la población realiza controles preventivos, los jóvenes son los que menos se controlan (35%), mientras que entre los mayores de 50 años la cifra supera el 55%. Además, seis de cada diez encuestados manifestaron sentir un apoyo social constante, un factor considerado clave para la estabilidad emocional y la resiliencia.

Brecha de género y desigualdad educativa

Las diferencias entre hombres y mujeres son notorias. El 84% de las mujeres realiza chequeos médicos preventivos, frente al 66,3% de los hombres. También ellas presentan mejores hábitos alimentarios y de descanso: el 33,3% consume frutas y verduras todos los días, contra el 20,1% de los varones, y el 51,9% logra dormir al menos siete horas, mientras que solo el 45,2% de los hombres lo consigue.

En contraste, los jóvenes de 18 a 29 años constituyen el grupo más vulnerable: solo el 15,3% cumple con la recomendación de actividad física, apenas el 16,2% consume frutas y verduras diariamente y el 31% no realiza nunca o casi nunca controles médicos preventivos.

Por su parte, los adultos mayores (50 a 65 años) presentan mejores indicadores en prevención y alimentación, aunque sufren más problemas de sueño y una mayor exposición a enfermedades crónicas.

El estudio concluye que el nivel educativo es un factor decisivo en la adopción de hábitos saludables: a mayor formación académica, mejor alimentación, más actividad física, mejor descanso y mayor frecuencia de controles médicos.

Un llamado de atención

El trabajo de Insight 21 deja al descubierto una tendencia que preocupa a los especialistas: la salud integral de los argentinos se ve comprometida por el sedentarismo, la mala alimentación y el mal descanso, combinados con altos niveles de exposición tecnológica y baja adherencia a los controles médicos en los sectores más jóvenes.

En un contexto donde las enfermedades crónicas no transmisibles siguen en aumento, los datos funcionan como una alerta sobre la necesidad urgente de políticas públicas que promuevan estilos de vida más saludables, con énfasis en la educación, la prevención y el bienestar emocional.